Desde que la Ciudad de México se convirtió en pionera en el reconocimiento de matrimonios igualitarios en 2010, la capital del país ha registrado un total de 15,275 matrimonios entre personas del mismo sexo. Esta acción se alcanzó entre el 1 de enero de 2010 y el 31 de mayo de 2022, según datos proporcionados por la Consejería Jurídica y de Servicios Legales (Cejur) de la Ciudad de México.
De los matrimonios igualitarios registrados, 8,068 fueron entre parejas de hombres y 7,207 entre parejas de mujeres. El año 2014 destaca como el período con el mayor número de estos matrimonios, con 1,610 registros, de los cuales 849 fueron entre hombres y 761 entre mujeres.
Otros años significativos incluyen 2019 con 1,533 matrimonios, 2016 con 1,483, 2017 con 1,468, y 2018 con 1,460. En 2022, se registraron 1,241 matrimonios igualitarios, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), mientras que 2021 tuvo 1,238, y 2013 alcanzó 1,182. Los años con menores registros fueron 2020 con 834 y 2011 con 786.
Un cambio legislativo histórico
El avance hacia el matrimonio igualitario en la Ciudad de México comenzó el 21 de diciembre de 2009, cuando la Asamblea Legislativa del entonces Distrito Federal aprobó reformas clave al Código Civil y al Código de Procedimientos Civiles. Estas reformas eliminaron el concepto de “hombre y mujer” como base del matrimonio, estableciendo que “es la unión libre de dos personas para realizar la comunidad de vida, en donde ambos se procuran respeto, igualdad y ayuda mutua”. Así, en 2010, la capital se convirtió en la primera entidad de México en permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Antes de estas reformas, desde 2006 hasta 2009, la ley local reconocía a las parejas del mismo sexo bajo la figura de sociedades de convivencia. Este marco legal ofrecía ciertos derechos y protecciones, pero no equiparaba plenamente a las parejas del mismo sexo con las heterosexuales en términos de reconocimiento matrimonial.
La Ciudad de México no solo se convirtió en un referente nacional sino también internacional en términos de reconocimiento de los derechos de las personas LGBTQ+. Desde la aprobación de los matrimonios igualitarios, 3,632 personas extranjeras han contraído matrimonio en la capital. De estos, 2,357 fueron hombres y 1,275 mujeres.
Las nacionalidades más representadas entre los matrimonios igualitarios en la CDMX incluyen colombianos (729), estadounidenses (603), venezolanos (462), españoles (243), cubanos (167), argentinos (136), costarricenses (130), peruanos (117), franceses (101) y brasileños (95).
Voces involucradas
Alberto Acosta, un representante de la Cejur, comentó sobre el impacto de estas reformas: “La Ciudad de México ha sido un faro de progreso y derechos humanos en Latinoamérica, al garantizar que todas las personas, independientemente de su orientación sexual, puedan acceder a la institución del matrimonio con igualdad de condiciones.”
Además los activistas y defensores de los derechos LGBTQ+ han señalado la importancia de estos datos y logros. Mariana Campos, una activista local, mencionó: “Este avance no solo es un triunfo legal, sino un reflejo de una sociedad que avanza hacia la igualdad y el respeto por la diversidad.”
A pesar de estos avances, los retos persisten. Aunque la CDMX ha liderado el camino, aún existen estados en México donde el matrimonio igualitario no es legal. Las organizaciones de derechos humanos continúan trabajando para que la igualdad matrimonial sea una realidad en todo el país.
La influencia de la Ciudad de México ha sido crucial para impulsar cambios legislativos en otras entidades y fomentar un debate más amplio sobre los derechos LGBTQ+ en la región. Los expertos esperan que, con el tiempo, más estados sigan el ejemplo de la capital y adopten leyes inclusivas y equitativas.
En estos 12 años, la Ciudad de México ha demostrado ser un líder en la promoción de los derechos humanos y la igualdad. Los más de 15,000 matrimonios igualitarios registrados son un testimonio del compromiso de la ciudad con la inclusión y el respeto por la diversidad. Mientras la lucha por la igualdad continúa en otras partes de México y el mundo, la capital se mantiene como un faro de esperanza y progreso.