21 noviembre, 2024

La candidata presidencial opositora, Xóchitl Gálvez Ruiz, envió una carta al presidente Andrés Manuel López Obrador, solicitando que la Bandera Nacional sea izada en el asta monumental del Zócalo el próximo domingo, en concordancia con lo que ocurre todos los días; esto luego de que el mandatario, indicara que sería  retirada.

 

En su comunicado, Gálvez Ruiz resalta la importancia del Zócalo como un espacio público y la Bandera Nacional como el símbolo máximo de unidad para todos los mexicanos. “La bandera no puede ser patrimonio de una persona o un movimiento político”, subrayó la política hidalguense.

 

La candidata hizo hincapié en la relevancia de este próximo domingo, cuando se espera una concentración cívica masiva en la Plaza de la Constitución convocada por la Marea Rosa. Destaca que este evento es una manifestación legítima del derecho a la libre expresión política de los ciudadanos mexicanos.

 

Xóchitl Gálvez  también recuerda a López Obrador que en otros momentos de la historia de México, ciudadanos han marchado junto a él en el Zócalo, como en tiempos del desafuero. Sin embargo, señala que en concentraciones cívicas anteriores no afines al mandatario, se ha ordenado no colocar la Bandera Nacional en la Plaza de la Constitución.

 

 

En la misiva, la candidata de la coalición opositora advierte que si la bandera nacional no es izada el próximo domingo en el Zócalo, el presidente de la República estará enviando un mensaje “brutal” de odio, ya que el lábaro patrio no le pertenece exclusivamente a él.

 

En respuesta a la carta de solicitud de Gálvez, el presidente López Obrador garantizó esta mañana, durante su conferencia de prensa,  que la Bandera Nacional monumental del Zócalo estará izada el próximo domingo para la marcha de la “Marea Rosa”. Afirmó que la bandera es de todos los mexicanos y que no hay mala intención ni mala fe en su manejo.

 

Y también anunció que las vallas metálicas que protegen Palacio Nacional, permanecerán hasta después de las elecciones, debido a la presencia de “provocadores extremistas” que podrían intentar dañar edificios históricos como el Palacio o la Catedral Metropolitana.