A dos semanas de inaugurada la rehabilitación de la Glorieta de Insurgentes, vecinos y visitantes expresan preocupación por la falta de seguridad, sobre todo durante la noche. Aunque las obras, que tuvieron un costo de más de 14 millones de pesos, fueron entregadas el pasado 1 de octubre, aún hay áreas que necesitan mejoras, como mayor iluminación y presencia policial para garantizar la seguridad de quienes transitan por la zona.
Paola, residente de los alrededores, mencionó que “falta iluminación” en varias partes de la glorieta, lo que provoca una sensación de inseguridad por las noches. Pedro, otro visitante frecuente, compartió una percepción similar: “En las noches, las salidas se sienten más inseguras. Hay personas en situación de calle y consumo de drogas, lo que aumenta la tensión en el lugar”.
La situación se ve agravada por la poca presencia policiaca, aunque Pedro confía en que la situación mejorará cuando el módulo de atención policial, que aún está en construcción, comience a operar. El módulo, junto con el de Derechos Humanos, que atenderá a la comunidad LGBTQ+, y el nuevo biciestacionamiento semimasivo, forman parte de las obras inconclusas que aún se observan en la zona.
Durante un recorrido por la glorieta, se constató que también persisten otros problemas, como la acumulación de basura y restos de comida en las jardineras y áreas de descanso. Además, en las entradas de la estación Insurgentes de la Línea 1 del Metro, que permanece cerrada por remodelación, es perceptible un fuerte olor a orina y mariguana, lo que contribuye a la sensación de abandono y falta de limpieza.
José Arturo Salazar, vecino de la colonia Roma, comentó que llevan tiempo solicitando al gobierno que se limpie y mejore la seguridad en la zona. “Hacen falta luces en los desniveles y que se limpie toda la glorieta”, afirmó. La falta de vigilancia y la mala iluminación en los bajopuentes también son aspectos que preocupan a los transeúntes.
Aunque la Glorieta de Insurgentes es un punto neurálgico de la Ciudad de México, los residentes y visitantes coinciden en que, si bien la rehabilitación es un paso positivo, aún se requieren medidas urgentes para que sea un espacio seguro y limpio. La expectativa es que, con la conclusión de las obras y una mayor atención de las autoridades, este sitio recupere su vitalidad y se convierta en un entorno seguro para todos.