24 noviembre, 2024
Van más de 52 microsismos en CDMX durante 2024: Narvarte, el más reciente

 

La noche del pasado 22 de noviembre, un microsismo de magnitud 1.8 sacudió brevemente a los vecinos de la colonia Narvarte, en la alcaldía Benito Juárez. El evento ocurrió a las 22:58 horas, generando inquietud entre los habitantes por la breve pero perceptible sacudida trepidatoria.

 

Este fenómeno se suma a una tendencia registrada en lo que va de 2024, con más de 52 microsismos detectados en diversas alcaldías de la Ciudad de México. Las zonas más afectadas incluyen:

  • Álvaro Obregón
  • Magdalena Contreras
  • Benito Juárez
  • Miguel Hidalgo

 

Un ejemplo reciente ocurrió el 19 de noviembre, cuando el Servicio Sismológico Nacional (SSN) reportó cinco microsismos en menos de 24 horas, con magnitudes que oscilaron entre 1.7 y 2.2. Tres de estos eventos tuvieron epicentro en Álvaro Obregón, y dos más en Azcapotzalco.

 

¿Qué son los microsismos?

Los microsismos son movimientos telúricos de baja magnitud, generalmente menores a 4.0, y se producen a poca profundidad. Aunque no representan un riesgo significativo, generan inquietud en los habitantes debido a la vulnerabilidad histórica de la ciudad ante los sismos.

 

La Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SGIRPC) emitió una serie de recomendaciones:

  • Mantener la calma en caso de sentir un sismo, independientemente de su magnitud.
  • Revisar estructuras de viviendas y edificaciones tras cualquier movimiento.
  • Informarse a través de canales oficiales, evitando la difusión de rumores o información falsa.

Contexto histórico

La actividad sísmica en la CDMX no es un fenómeno reciente pero gracias a los avances en monitoreo del Servicio Sismológico Nacional, se ha logrado identificar eventos menores que antes pasaban desapercibidos.

 

 

Estos microsismos destacan la importancia de mantener un sistema de monitoreo eficiente y una ciudadanía informada, para evitar pánico y asegurar la preparación ante posibles emergencias mayores.

 

La historia sísmica de la ciudad es un recordatorio constante de la necesidad de prevención y educación en materia de gestión de riesgos. El llamado es claro: estar atentos, pero no alarmados.