19 septiembre, 2024

Los terremotos de 1985 y 2017 no solo dejaron tras de sí una estela de destrucción y pérdida en la Ciudad de México y otras regiones del país, sino también marcaron profundamente la psique colectiva de la nación. A más de tres décadas del sismo de 1985 y casi una década después del de 2017, los efectos de estos desastres naturales en la salud mental de los mexicanos persisten, manifestándose en un fenómeno conocido como tremofobia: el miedo intenso y persistente a los terremotos.

 

¿Qué es la Tremofobia?

La tremofobia se refiere al miedo extremo a los terremotos, que va más allá de la precaución razonable y se convierte en una preocupación que afecta significativamente la vida diaria de las personas. Este temor puede desencadenar ataques de pánico, ansiedad crónica, insomnio y en algunos casos, evitar que las personas realicen actividades cotidianas por miedo a estar fuera de casa cuando ocurra un sismo.

 

Impacto Psicológico de los Terremotos

Los terremotos de 1985 y 2017 son particularmente significativos debido a su magnitud y al alto número de víctimas y daños materiales que causaron. La repetición de estos eventos en fechas similares ha intensificado el miedo y la ansiedad en muchos ciudadanos cada vez que se acerca el mes de septiembre.

 

La tremofobia ha llevado a cambios en la conducta y en la percepción de seguridad en espacios construidos, con un aumento en la demanda de viviendas y edificios percibidos como más seguros sísmicamente. Además, ha impulsado reformas en las políticas de protección civil y en los códigos de construcción, buscando mejorar la resiliencia ante futuros terremotos.

 

¿Te causa miedo escuchar la alerta sísmica?, combate esa Tremofobia así:

  • Habla de manera abierta y reconocer el miedo excesivo ante una situación de sismo.
  • Detecta pensamientos recurrentes y atemorizantes para detenerlos.
  • Toma estrategias de respiración y relajación para bajar el nivel de ansiedad.
  • Acude con un profesional de la salud en caso de creer que es necesario.

 

Organizaciones como la Cruz Roja Mexicana y varios grupos de psicólogos voluntarios han implementado programas de apoyo emocional y psicológico para las víctimas de terremotos. Estos programas buscan no solo atender el trauma inmediato post-desastre, sino también ofrecer herramientas a largo plazo para manejar la ansiedad y el miedo.

 

 

La educación sobre qué hacer antes, durante y después de un terremoto es crucial para manejar la ansiedad relacionada con estos eventos. Las autoridades han intensificado las campañas de concientización y los simulacros nacionales de terremotos, buscando preparar mejor a la población y reducir el impacto psicológico.

 

A pesar de los esfuerzos, la batalla contra la tremofobia es continua. Los expertos sugieren que, además de la preparación física y estructural, es fundamental fortalecer la salud mental de la población mediante la integración de programas de manejo de estrés y ansiedad en las escuelas, lugares de trabajo y comunidades.

 

Los terremotos han dejado una huella indeleble en México, no solo en su infraestructura sino en el corazón y la mente de sus habitantes. Abordar la tremofobia requiere un enfoque holístico que incluya educación, preparación y apoyo psicológico, asegurando que la nación no solo se recupere físicamente, sino también emocionalmente de estas tragedias naturales. Enfrentar este desafío es esencial para la resiliencia y el bienestar futuro de todos los mexicanos.