22 noviembre, 2024

 

Durante la 132 Asamblea General Extraordinaria del Infonavit, representantes del sector trabajador y empresarial expresaron su rechazo a la propuesta de que el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) constituya una empresa constructora propia para la edificación de un millón de viviendas. La iniciativa, defendida por Octavio Romero Oropeza, director del Infonavit, busca reducir costos a través de la adquisición consolidada de materiales y servicios, además de generar empleos directos e indirectos en todo el país.

 

Sin embargo, Claudia Esqueda Llanes, representante de los trabajadores, afirmó que este modelo es un retroceso en la operación del Infonavit. Señaló que una empresa constructora controlada por el Instituto generaría inconvenientes operativos y normativos, basándose en experiencias previas que indican que esta opción no es aconsejable. En su lugar, Esqueda Llanes propuso que el Infonavit se enfoque en financiar directamente a las mejores empresas constructoras o invertir en instrumentos financieros especializados que otorguen créditos competitivos para impulsar el sector de la vivienda.

 

Por su parte, José Medina Mora, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), coincidió en que este modelo representaría una regresión. Afirmó que el tripartismo del Infonavit—integrado por gobierno, empresarios y trabajadores—podría aprovechar mejor las capacidades del sector especializado en construcción y proveeduría, sin necesidad de crear una constructora estatal.

 

Además de este debate, Medina Mora destacó uno de los principales desafíos actuales del Infonavit: el estancamiento en la colocación de créditos, especialmente para trabajadores de bajos ingresos. Desde 2019, se ha registrado una disminución en los créditos otorgados a este sector, en parte debido a la eliminación del subsidio que facilitaba el acceso a la vivienda para estos trabajadores. Esta situación, según Medina Mora, refleja un deterioro en la función social del Instituto, que debe ser atendido de manera urgente para cumplir con su misión de garantizar vivienda digna para todos los trabajadores.

 

El debate sobre el futuro del Infonavit continúa, mientras los sectores involucrados buscan soluciones que impulsen la construcción de vivienda social sin comprometer la eficiencia y sostenibilidad del modelo tripartito que ha caracterizado al Instituto.

 

Con esta discusión en curso, queda claro que trabajadores y empresarios prefieren modelos que fortalezcan la colaboración con el sector privado, en lugar de optar por una constructora controlada por el propio Infonavit.