2 julio, 2024

Después de casi siete años de los devastadores sismos de 2017 y 2018, el Gobierno del Estado de México informó de la conclusión de las obras de reconstrucción en los inmuebles religiosos afectados en diversos municipios de la entidad. Este logro marca una etapa significativa en la restauración del patrimonio cultural y religioso del estado, proporcionando alivio y esperanza a las comunidades locales que han esperado pacientemente la recuperación de sus lugares sagrados.

 

Un diagnóstico exhaustivo realizado por la delegación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), reveló que un total de 279 inmuebles religiosos sufrieron daños como resultado de los sismos de 2017. De estos, 52 registraron afectaciones severas, 135 daños moderados y 92 tuvieron daños menores. Estas cifras subrayan la magnitud del desafío enfrentado por las autoridades y los especialistas en restauración.

 

Uno de los ejemplos más emblemáticos de los daños estructurales es la parroquia de San Pedro y San Pablo Apóstoles, ubicada en la plaza principal de Ecatzingo. Este templo, que data del año 1568, es especialmente querido por los habitantes de la región de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl. La parroquia presentó serias afectaciones que requirieron un proceso de rehabilitación minucioso y cuidadoso.

 

Proceso de Restauración

La reconstrucción de estos inmuebles religiosos no habría sido posible sin la colaboración y el esfuerzo conjunto de varias entidades y la comunidad local. Después de varios estudios y análisis realizados por expertos en restauración, las obras de rehabilitación comenzaron el año pasado. Este proceso involucró la implementación de protocolos estrictos establecidos por la normatividad vigente para asegurar la preservación del valor histórico y cultural de los edificios.

 

El párroco Carlos Eduardo Ibáñez Escobedo, de la parroquia de San Pedro y San Pablo Apóstoles, expresó su alegría y gratitud por la culminación de las obras. “Es una gran alegría para la comunidad y sobre todo para el ambiente de iglesia porque si bien ya vamos a cumplir siete años del temblor de 2017, prácticamente se está cumpliendo un año del inicio de la obra”, comentó.

 

La rehabilitación de los inmuebles religiosos afectados fue posible gracias a diversas fuentes de financiamiento. Muchos de los edificios se rehabilitaron con recursos provenientes de pólizas de seguros, mientras que otros recibieron apoyo económico de personas y organizaciones que realizaron aportaciones. La Diócesis de Valle de Chalco, que incluye a muchos de los municipios afectados, reportó que 61 inmuebles resultaron dañados y muchos de ellos ya han sido rehabilitados.

 

En la región de los volcanes, una de las áreas más afectadas, la recuperación de los edificios históricos se realizó de manera paulatina. Gracias a las aportaciones económicas de los residentes de la región del Estado de México, más de 22 sitios históricos pudieron ser restaurados. El personal del INAH estuvo involucrado en todo el proceso, asegurando que las obras se llevaron a cabo de acuerdo con los estándares de conservación y restauración establecidos.

 

La conclusión de las obras de reconstrucción en los inmuebles religiosos afectados por los sismos de 2017 representa un gran avance para el Estado de México. Este logro no solo restaura el patrimonio cultural y religioso de la entidad, sino que también fortalece el sentido de comunidad y resiliencia entre sus habitantes.

 

Las comunidades locales, que han sido testigos de la destrucción y posterior resurgimiento de sus lugares sagrados, ahora pueden mirar hacia el futuro con renovada esperanza y determinación.