A pocos días del inicio del nuevo mandato de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, el gobierno de México ha preparado estrategias para enfrentar posibles deportaciones masivas de connacionales. Conocidos como los “planes A, B y C”, estos esquemas buscan responder a diferentes escenarios en el contexto de políticas migratorias más estrictas anunciadas por el republicano, incluyendo la continuación de la construcción del muro fronterizo.
La estrategia contempla la participación de diversas dependencias del gobierno federal, entre ellas las Secretarías de Educación, Salud, Seguridad, Protección Ciudadana, del Trabajo y Previsión Social, además de autoridades migratorias y las fuerzas armadas. El objetivo principal es garantizar un retorno ordenado y con un “enfoque humanista”, según informaron fuentes cercanas al plan.
De acuerdo con los niveles de deportación registrados, se activarán las acciones necesarias en cada momento. Por ejemplo, en encuentros recientes entre funcionarios federales y cónsules y embajadores, se presentaron cifras sobre deportaciones para analizar el impacto potencial y planificar respuestas.
Datos sobre deportaciones
Durante el primer periodo de Donald Trump (2017-2021), se registraron 766,055 casos de deportación de mexicanos, el número más bajo entre las últimas seis administraciones estadounidenses. En contraste, los casi cuatro años de Joe Biden acumularon 891,503 deportaciones hasta noviembre de 2024.
Por otro lado, las cifras más altas de deportaciones se dieron en los dos periodos de Bill Clinton (1993-2001), con un total de 7.4 millones. Le siguen los dos mandatos de George W. Bush (2001-2009) con 4.6 millones, y los ocho años de Barack Obama (2009-2017) con 2.8 millones. Incluso el periodo de George H. W. Bush (1989-1993) superó el cuatrienio de Trump con 2.6 millones de deportaciones.
Escenarios y planes
El gobierno mexicano ha previsto tres niveles de respuesta:
- Plan A: Atiende deportaciones en niveles moderados, con enfoque en facilitar la reintegración de los repatriados mediante apoyo laboral, educativo y social.
- Plan B: Diseñado para aumentos significativos en las deportaciones, incluye la habilitación de centros de atención en ciudades fronterizas clave.
- Plan C: Se activa en escenarios de deportaciones masivas, con recursos de emergencia y medidas temporales de asistencia humanitaria.
Acciones diplomáticas
En el plano internacional, los cónsules y embajadores mexicanos han sido informados sobre las proyecciones de deportación y la estrategia de respuesta. Además, se anticipa la apertura de mesas de diálogo con el gobierno de Estados Unidos durante los primeros 100 días de la nueva administración.
Con estos planes en marcha, el gobierno de México busca afrontar una situación desafiante que podría afectar a miles de connacionales. La clave estará en implementar medidas concretas que traduzcan las estrategias en un apoyo tangible para quienes regresen al país.