En vísperas de las elecciones para renovar la dirigencia del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), programadas para este lunes 28 de octubre, han surgido denuncias de acoso y presiones dirigidas a los trabajadores para apoyar la reelección de Ricardo Aldana Prieto, actual secretario general del sindicato. La candidata opositora Cristina Alonso García, junto con otros disidentes, han señalado que el proceso está lleno de irregularidades que favorecen la continuidad de Aldana en el cargo.
Denuncias de presión y control en las elecciones
Cristina Alonso, candidata de la planilla Guinda y trabajadora de la sección 44 en Villahermosa, Tabasco, aseguró que el proceso de campaña, que comenzó el pasado 15 de octubre, ha estado plagado de intimidación y coacción hacia los empleados que simpatizan con su candidatura. “A quienes nos apoyan, los suspenden de beneficios como préstamos de caja de ahorro y becas. Además, en cada asamblea se nos advierte que si estamos con la oposición, estamos en contra del patrón”, denunció Alonso.
Estas prácticas han sido reportadas en varias de las 36 secciones del sindicato, donde líderes seccionales han expresado públicamente su apoyo a Aldana, organizando reuniones donde instan a los trabajadores a votar por él. “No hay piso parejo. A nosotros se nos niega el acceso a los centros de trabajo para hacer campaña, como ocurrió en la refinería de Tula, mientras que el equipo de Aldana tiene plena libertad para promover su candidatura”, agregó Alonso.
Exclusión de trabajadores y manipulación del padrón electoral
Otro de los problemas señalados por los candidatos opositores es la exclusión de trabajadores en el padrón electoral. Alonso García explicó que la Comisión Nacional Electoral del STPRM excluyó a 30 mil empleados basificados bajo el Programa de Estabilidad Laboral del gobierno federal. De acuerdo con datos oficiales, el número total de trabajadores con derecho a voto es de 91 mil 193, dejando fuera a miles de empleados que, según Alonso, “pagan sus cuotas sindicales, pero no aparecen en el padrón de votantes, especialmente en áreas como la refinería Olmeca Dos Bocas”.
Además, trabajadores en Poza Rica, Veracruz, informaron que personal afín a Aldana los ha vigilado e incluso fotografiado para controlar su participación en la campaña. “Nos toman fotos y amenazan con quitar nuestras prestaciones si apoyamos a candidatos de la oposición”, relató un empleado que solicitó anonimato.
Disidencia interna y posibles impugnaciones
Por su parte, Juan Martín Morales, líder del movimiento Fuerza Oro Negro y trabajador activo de Pemex, también denunció irregularidades en el proceso. Morales, quien intentó postularse como candidato de la planilla Fuerza Oro Negro pero fue rechazado por “inconsistencias”, considera que el proceso está diseñado para asegurar la reelección de Aldana. “Este proceso está amañado. La convocatoria fue creada para validar una elección controlada. No es democrática ni transparente”, afirmó Morales.
Ante esta situación, Morales anunció que procederá con la impugnación del proceso electoral, argumentando que las irregularidades y la falta de equidad en el acceso de los candidatos a los trabajadores constituyen una violación a los estatutos sindicales. “Estamos buscando que se declare nula la convocatoria para poder iniciar un nuevo proceso que respete los tiempos y reglas establecidas”, explicó.
Demandas de un sindicato transparente y democrático
Alonso García concluyó su campaña en la Ciudad de México, donde destacó la necesidad de una transformación profunda en el sindicato. “Esta lucha no es de ahora; es de años. Nos han perseguido, intimidado y acosado, pero no tenemos miedo. Estamos aquí para exigir un sindicato que respete a sus trabajadores y que no esté dirigido por quienes tienen un interés particular”, declaró.
En sus palabras, los trabajadores de Pemex buscan una organización sindical basada en principios de honestidad, democracia y transparencia. “Aldana no representa a la base obrera; él es un trabajador de confianza. Los verdaderos sindicalizados somos los de a pie. Necesitamos un sindicato que defienda nuestro contrato colectivo, no uno que se preste a acuerdos a puerta cerrada”, enfatizó Alonso.
La Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) no ha emitido comentarios respecto a las denuncias presentadas por los candidatos de oposición, aunque el ambiente en el STPRM sigue siendo de tensión y desconfianza. A nivel nacional, activistas laborales y expertos en derechos laborales han instado a las autoridades a garantizar un proceso justo y libre de coacción.
En respuesta a la controversia, el STPRM ha defendido el proceso electoral, asegurando que se han seguido los protocolos establecidos. Sin embargo, las denuncias de manipulación y el control sobre los trabajadores que simpatizan con los candidatos de oposición continúan. “Nos sentimos acorralados; parece que no tenemos opción. Nos quieren obligar a elegir a alguien que no representa nuestros intereses”, expresó otro trabajador de la sección de Poza Rica.
Lucha por la democratización del sindicato
La elección de este lunes será un punto decisivo para el STPRM, con consecuencias importantes para el futuro del sindicato y la relación entre los trabajadores y sus representantes. Para muchos empleados de Pemex, este proceso representa una oportunidad para exigir un sindicato más transparente y participativo. “No vamos a quedarnos callados; es momento de luchar por una verdadera democratización del sindicato”, concluyó Morales.
El ambiente en torno a esta elección sindical es una muestra de los desafíos que enfrentan los trabajadores mexicanos para lograr una representación sindical que verdaderamente defienda sus intereses y respete sus derechos. La elección de este lunes no solo determinará al próximo secretario general del STPRM, sino que pondrá a prueba el compromiso de las autoridades y del sindicato con la transparencia y la democracia en el ámbito laboral.