21 noviembre, 2024

 

En una sesión caracterizada por la confrontación y el caos, el Senado aprobó la reforma de supremacía constitucional, que limita el uso del amparo y otros recursos legales contra reformas a la Constitución. La reforma, impulsada por Morena y sus aliados, fue aprobada con 85 votos a favor y 24 en contra en una madrugada cargada de tensiones.

 

La medida, según sus impulsores, fortalece la supremacía de la Constitución al eliminar obstáculos jurídicos en temas que se consideran fundamentales, mientras que los opositores la califican como un paso hacia el autoritarismo.

 

La sesión, que inició con la presentación del dictamen por los senadores de Morena Oscar Cantón Zetina y Enrique Inzunza, pronto se tornó en un enfrentamiento directo cuando los legisladores del PAN y del PRI interrumpieron la sesión. Equipados con altavoces y pancartas, los opositores buscaron bloquear la votación subiendo a la tribuna y coreando “Morena, la dictadura”. En medio del tumulto, el presidente de la Mesa Directiva, Gerardo Fernández Noroña, calificó a los manifestantes como “reventadores vulgares” y solicitó en repetidas ocasiones que se mantuviera el orden.

 

El líder del PAN, Marko Cortés, expresó que la reforma atenta contra los derechos de los ciudadanos al eliminar el amparo como herramienta de defensa. “Quieren desmantelar la Constitución solo por el pleito que tienen con el Poder Judicial”, afirmó. Cortés también acusó a Morena de presionar a Miguel Ángel Yunes Márquez, senador panista, para votar a favor de la reforma. Este último negó las acusaciones y ratificó su voto a favor, declarando que “votará en conciencia”.

 

Una decisión divisiva

El senador Yunes Márquez subió a la tribuna para defender su voto en favor de la reforma y responder a las críticas de sus compañeros de partido. Aseguró que su postura refleja su compromiso con lo que considera mejor para el país y no un acto de traición.

 

“Tengo el derecho de votar en conciencia y apoyar a la presidenta Claudia Sheinbaum”, explicó Yunes, añadiendo que el PAN lo expulsó de su bancada por su postura y que recurrirá al Tribunal Electoral para impugnar esta decisión. Ante los gritos de la bancada panista, Yunes criticó la supuesta retención de fondos que, según él, le corresponden a su posición.

 

En respuesta, el coordinador de Morena, Adán Augusto López Hernández, desmintió las acusaciones de presión y retó a los panistas a presentar pruebas de sus señalamientos. En un momento tenso, López Hernández instó a Marko Cortés a probar sus dichos, a lo que el líder panista respondió que “es obvio” que no existen pruebas, pero que “seguramente algo debió haber pasado”, insinuando supuestas amenazas contra la familia de Yunes.

 

Apoyo de aliados y críticas de la Oposición

La sesión también fue el escenario de intensos discursos de otros actores políticos. Jorge Carlos Ramírez Marín, senador del Partido Verde y ex priísta, respaldó la reforma y pidió a los opositores “dejar de mentir”, subrayando que el amparo seguirá vigente en casos que no impliquen reformas constitucionales. “Lo único que cambia es que no aplicará cuando se trate de decisiones que modifiquen la Carta Magna”, aclaró.

 

Por su parte, Alejandro Moreno Cárdenas, senador y dirigente del PRI, describió la reforma como una “locura” y advirtió que esta otorgará a la mayoría “poder para hacer lo que se les dé la gana”, dejando sin protección a la ciudadanía. Ante esto, el senador de Morena, Alejandro Murat, destacó que la propuesta responde a la demanda popular de mejorar la justicia y advirtió a los opositores que esta decisión fue tomada “en nombre de la democracia”.

A pesar del caos, pasada la medianoche la votación procedió. Con una mayoría calificada alcanzada gracias al respaldo de Yunes Márquez, la reforma fue aprobada en lo general y en lo particular. Este ajuste a los artículos 105 y 107 de la Constitución limita la posibilidad de recurrir a amparos en contra de cambios constitucionales, en un esfuerzo por reducir lo que Morena califica como “obstáculos jurídicos” para implementar reformas de gran calado.

 

La ministra presidenta de la Suprema Corte, Norma Lucía Piña Hernández, ha mostrado cautela en torno a las implicaciones de la reforma y señaló que el Poder Judicial revisará su aplicación y posibles impactos. Por su parte, Claudia Sheinbaum, presidenta de México, ha celebrado el avance de la reforma y expresó que se trata de una medida para “limpiar de corrupción” al sistema judicial.

 

La Oposición y la Reacción Ciudadana

La reforma ha generado un fuerte debate público sobre sus implicaciones para la democracia y el Estado de derecho. Los partidos de oposición anunciaron que recurrirán a instancias internacionales para cuestionar la legalidad de la medida, argumentando que el cambio vulnera derechos fundamentales y abre la puerta a posibles abusos de poder. También señalaron que se organizarán manifestaciones en el país para expresar su descontento, convocando a ciudadanos a participar y “defender el amparo como un derecho fundamental”.

 

En redes sociales, las posturas han estado divididas. Mientras algunos usuarios apoyan la medida como una forma de hacer más ágiles las reformas constitucionales, otros temen que el cambio limite la capacidad de los ciudadanos para protegerse contra decisiones que consideren injustas o inconstitucionales. La frase “No a la dictadura en México” se ha convertido en una tendencia, reflejando el sentimiento de descontento en un sector de la población.

Reforma que cambia el juego político

Esta reforma marca un hito en la política mexicana, y su implementación podría redefinir el equilibrio entre los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Si bien sus impulsores sostienen que el cambio fortalece la soberanía del Congreso y asegura que las reformas constitucionales respondan a la voluntad popular, la oposición continúa advirtiendo que podría reducir los contrapesos en la democracia mexicana.

 

Así, con un Senado dividido y una sociedad expectante, México entra en una nueva etapa de su historia constitucional, en la que los efectos de esta reforma se sentirán tanto en el ámbito jurídico como en la dinámica política del país.