19 septiembre, 2024

 

Siguen las tensiones internas dentro del Partido Revolucionario Institucional (PRI), la expresidenta del partido, Dulce María Sauri Riancho, ha exigido públicamente que Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas deje la presidencia del partido, señalando que su mandato concluyó el pasado 29 de agosto de 2024. Esta solicitud se da luego de que el Instituto Nacional Electoral (INE) determinara no validar la reforma a los estatutos del PRI que había permitido la reelección de Moreno al frente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del partido.

La controversia se centra en las reformas aprobadas en la Asamblea Nacional del PRI, celebrada a finales de 2022, que extendieron el mandato de “Alito” Moreno al frente del partido más allá de su periodo original. Esta decisión fue impugnada por varios militantes priistas, incluyendo a la propia Dulce María Sauri, quienes cuestionaron la legalidad de las modificaciones a los estatutos y la forma en que se llevó a cabo la reelección de la dirigencia.

 

El INE, tras una revisión del caso, determinó que la Asamblea del PRI no se realizó conforme a la legalidad y, por lo tanto, rechazó validar las reformas estatutarias que permitirían la extensión del mandato de “Alito” Moreno. Ante esta resolución, Sauri argumentó que Moreno ya no tiene la personalidad jurídica de presidente del partido y, por lo tanto, debe dejar el cargo inmediatamente.

 

Sauri explicó que cuando una dirigencia nacional concluye su periodo estatutario, se debe convocar al Consejo Nacional del PRI para designar una dirigencia provisional, que a su vez convoque a nuevas elecciones internas. “El PRI, para efectos formales, no tiene dirigencia nacional en este momento”, enfatizó Sauri.

 

Impugnaciones y decisiones pendientes

La controversia no termina con la resolución del INE. Alejandro Moreno tiene el derecho de inconformarse ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). No obstante, Dulce María Sauri aclaró que Moreno solo puede hacerlo como militante del partido, no como presidente del Comité Ejecutivo Nacional, ya que su mandato terminó oficialmente el 29 de agosto.

 

Sauri señaló que el tribunal debe revisar la actuación del INE y, en caso de confirmar su resolución, la Asamblea Nacional del PRI podría ser declarada nula, lo que significaría que las reformas estatutarias aprobadas en dicha asamblea serían inválidas. “La Asamblea Nacional del PRI es inexistente y tendría que convocarse a una nueva Asamblea Nacional”, apuntó.

 

La exdirigente también denunció que la Comisión de Justicia Partidaria del PRI ha retrasado la resolución de los recursos de impugnación presentados por los militantes, lo que afecta directamente los derechos de la base del partido. “Esta es la fecha que no le ha dado entrada a esta impugnación, a pesar de que el Tribunal la envió”, subrayó Sauri.

 

La postura de Alito Moreno

Por su parte, Alejandro Moreno ha mantenido una postura firme en cuanto a su permanencia al frente del partido, a pesar de las resoluciones en su contra. En varias ocasiones, ha defendido su liderazgo y ha desestimado las críticas, acusando a sus opositores internos de intentar desestabilizar al PRI en un momento crucial para el partido.

 

En declaraciones recientes, Moreno ha argumentado que el proceso de reelección fue transparente y apegado a los estatutos del partido. También ha acusado al INE de actuar de manera parcial y ha señalado que llevará el caso hasta sus últimas consecuencias ante el TEPJF.

 

 

Además, “Alito” Moreno ha sido una figura polémica en los últimos años, con un estilo de liderazgo que ha generado divisiones dentro del partido. A pesar de ser considerado un hábil negociador, su gestión ha estado marcada por fuertes críticas, no solo por la reelección de su mandato, sino también por su manejo de las alianzas políticas y su rol en las elecciones recientes, donde el PRI ha perdido terreno frente a otros partidos.

 

El futuro del PRI: una dirigencia en disputa

El PRI enfrenta un momento crucial. Las tensiones internas por la dirigencia del partido no solo reflejan las disputas personales entre las figuras clave, sino que también muestran el impacto que estas decisiones tendrán en las elecciones de 2024. Varios exdirigentes del PRI, entre ellos Pedro Joaquín Coldwell y la misma Dulce María Sauri, han advertido que si el partido no resuelve su situación interna pronto, corre el riesgo de perder relevancia política en el escenario nacional.

 

De acuerdo con Sauri, el proceso para elegir una nueva dirigencia debe comenzar lo antes posible, y para ello es necesario que el Consejo Nacional del PRI convoque a una dirigencia provisional que organice el proceso de renovación interna. El plazo para realizar esta convocatoria ya está en marcha, y el reloj corre en contra de “Alito” Moreno, quien, a pesar de sus intentos por mantenerse en el cargo, enfrenta cada vez más presión para abandonar la presidencia.

Reacciones de la militancia

La base del PRI también ha reaccionado ante la situación actual. Algunos sectores del partido han manifestado su apoyo a Alejandro Moreno, mientras que otros han exigido una transición ordenada y transparente en la dirigencia. Varios líderes locales y estatales del PRI han solicitado que el partido se enfoque en resolver sus problemas internos antes de las elecciones de 2024, para evitar que las disputas desgasten aún más la imagen del tricolor.

 

Entre las voces críticas, algunos militantes han señalado que la falta de una resolución clara en torno a la dirigencia está afectando la capacidad del PRI para construir una estrategia electoral sólida. Con el panorama político nacional cada vez más polarizado, el PRI necesita una dirección clara y unida si aspira a competir en las próximas elecciones.

¿Qué sigue para el PRI?

Con la decisión del INE en contra de “Alito” Moreno y la posible intervención del TEPJF, el futuro del PRI está lleno de incertidumbre. En los próximos días, se espera que el tribunal emita una resolución sobre el caso, lo que podría significar una nueva convocatoria a Asamblea Nacional o, en su defecto, la ratificación de la nulidad de las reformas estatutarias.

 

Mientras tanto, figuras como Dulce María Sauri continúan exigiendo que el partido respete sus propios estatutos y realice una transición ordenada en su dirigencia. “Lo que está en juego es el futuro del PRI como partido político”, sentenció Sauri.

El conflicto por la presidencia del PRI entre Alejandro Moreno y los exdirigentes del partido refleja las profundas divisiones internas que enfrenta el tricolor. La resolución de este conflicto no solo será clave para la unidad interna del partido, sino también para su capacidad de enfrentar los retos políticos y electorales que se avecinan. Con el tiempo en contra y las elecciones a la vuelta de la esquina, la pregunta principal sigue siendo: ¿dejará “Alito” Moreno la presidencia del PRI, o resistirá las presiones internas y externas?