Con la obsesión que tiene el presidente de la república por cuidar su imagen, incluso cuando ya va de salida, el caso de la persecución política de Rosario Robles vuelve a incomodar al inquilino de Palacio Nacional. A 20 años de aquella difusión de los famosos videoescándalos en 2004, el duro golpe al ego y credibilidad de AMLO por aquella traición, sigue esperando justicia. Fue quizás lo que tejió un resentimiento hacia Rosario Robles por permitir la exhibición de la corrupción y sus nexos con Bejarano y otros actores políticos de esa época.
El presidente Andrés Manuel López Obrador comentó que no tiene nada en contra de Rosario Robles y remarcó que “no existe persecución” hacia la ex Secretaria, tratándose todo de un asunto que atiende la FGR, porque como dice «Yo no odio a nadie, yo soy feliz y no es mi fuerte la venganza, yo lucho por la justicia».
Es así que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha dado un paso significativo al admitir a trámite el amparo directo en revisión presentado por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), desafiando la absolución otorgada a Rosario Robles, ex Secretaria de Desarrollo Social y de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano. Este movimiento judicial podría redefinir las repercusiones legales del caso conocido como la “Estafa Maestra”.
Rosario Robles fue absuelta por un Tribunal Colegiado en Materia Penal del delito de ejercicio indebido del servicio público, relacionado con presuntos desvíos de fondos superiores a cinco mil millones de pesos. Estos fondos, destinados a la cooperación con universidades para proyectos sociales, nunca alcanzaron sus metas establecidas, desencadenando una de las investigaciones de corrupción más grandes en la historia reciente de México.
El fallo de absolución ha sido objeto de controversia y crítica, llevando a la ASF a buscar una revisión por la máxima autoridad judicial del país. La SCJN, bajo la supervisión de la ministra Norma Lucía Piña Hernández, asignó el caso al ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá, quien será el encargado de estudiar el recurso y presentarlo ante la Primera Sala para su resolución.
En el espectro político y social, las opiniones están divididas. Mientras algunos ven la revisión del caso como una necesaria reafirmación del Estado de Derecho y la lucha contra la corrupción, otros perciben una posible connotación política detrás de las acciones de la ASF, especialmente considerando el contexto político en el que Robles fue procesada inicialmente.
La decisión de la SCJN de revisar este caso no es menor. No solo tiene el potencial de afectar la percepción pública sobre la imparcialidad y eficacia del sistema judicial en México, sino que también podría sentar un precedente importante sobre cómo se manejan los casos de corrupción de alto perfil en el futuro.
Con el caso ahora en manos de la SCJN, los ojos de la nación están puestos en el desarrollo de los argumentos y las deliberaciones que se llevarán a cabo. La sociedad mexicana espera que este nuevo capítulo en el caso de la “Estafa Maestra” traiga claridad y justicia en un asunto que ha sido emblemático por su complejidad y sus implicaciones en la política y la administración pública.
La revisión de la absolución de Rosario Robles por parte de la SCJN marca un momento crucial para el sistema de justicia en México. Este caso no solo es significativo por su impacto en la lucha contra la corrupción, sino también por cómo influirá en la confianza de los ciudadanos en sus instituciones.
A medida que el proceso se desarrolle, será fundamental observar las decisiones y fundamentos que la Corte emita, los cuales podrían cambiar el panorama de la justicia administrativa y penal en México.