19 septiembre, 2024

 

El 25 de julio es un día que marcó a Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa, porque mientras el país seguía de cerca la detención de Ismael “El Mayo” Zambada García y Joaquín Guzmán López en Estados Unidos, Rocha Moya viajó a Los Ángeles, según se ha  revelado; hecho, que ha provocado preguntas sobre su ubicación y actividades durante esa fecha tan significativa.

 

Información confirmada indica que el gobernador Rocha Moya partió hacia Los Ángeles el mismo día de la detención de Zambada. El viaje se realizó en un avión modelo Learjet 45, propiedad de la empresa Servicio Ejecutivos Aéreos Viz y según registros del vuelo, el avión despegó de Culiacán a las 9:00 horas y aterrizó en Los Ángeles a las 11:15 horas. La tripulación incluyó a dos de sus hijos, dos mujeres y dos nietos, además de los pilotos.

 

Rocha Moya en declaraciones posteriores, afirmó que había salido de Sinaloa antes del incidente y regresó a México al día siguiente. Su viaje coincidió con una conferencia de prensa anterior donde mencionó que ya había tomado sus vacaciones sin que nadie se percatara, lo que complica la narrativa y genera dudas sobre la sincronización y naturaleza de su viaje.

 

Rubén Rocha Moya ha tomado una postura firme para deslindarse de cualquier conexión con este caso. Durante un evento público en Sinaloa, acompañado por el presidente Andrés Manuel López Obrador y la presidenta electa Claudia Sheinbaum, el gobernador afirmó categóricamente: “No tenemos nosotros complicidad con nadie (…) por lo tanto, si dijeron que iba a estar yo [en la reunión], pues mintieron, y si les creyó [a ellos] el Mayo, pues cayó en la trampa”.

 

La detención de “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López se produjo en circunstancias controvertidas, añadiendo capas de complejidad al involucramiento o conocimiento previo del gobernador en los eventos de ese día. La carta pública de Zambada insinúa que el capo fue atraído bajo falsas pretensiones a una reunión que incluiría a Rocha Moya, aunque el gobernador negó vehementemente su participación o presencia.

 

La situación ha generado un fuerte apoyo político hacia Rocha Moya por parte de otros gobernadores de Morena, quienes expresaron su respaldo mediante comunicados, destacando su solidaridad ante lo que describen como una campaña de difamación y mentiras. Esta defensa colectiva sugiere la tensión política y la delicada posición de Rocha Moya dentro del espectro político nacional, especialmente en relación con casos de alto perfil involucrando narcotráfico.

 

La Fiscalía General de la República ha pedido explícitamente información a Rocha Moya sobre el caso, indicando que la investigación sigue en curso y que cualquier vínculo, directo o indirecto, podría tener serias repercusiones legales y políticas. La complejidad del caso reside en desentrañar los posibles enlaces entre figuras políticas de alto nivel y los infames líderes del narcotráfico, una tarea que continuará capturando la atención del público y los medios.

 

La confirmación del viaje de Rocha Moya a Los Ángeles el mismo día de la captura de figuras clave del cartel de Sinaloa, no solamente plantea preguntas sobre su agenda y actividades sino que también subraya la intrincada red de política y crimen en México.

 

Mientras la investigación continúa, el escrutinio público y legal sobre el gobernador probablemente intensificará, poniendo a prueba la transparencia y la integridad de la administración actual en Sinaloa y a nivel federal.