La Terminal de Autobuses de Pasajeros de Oriente (TAPO), ubicada en San Lázaro, Ciudad de México, se ha convertido en un escenario de espera prolongada para cientos de pasajeros que ven cómo sus planes de viaje se ven frustrados por el bloqueo parcial que persiste en la autopista México-Puebla. Desde hace más de 55 horas, esta vía crucial ha sido afectada por manifestantes, generando un caos en las rutas de transporte que conectan la capital con el oriente del país.
Los pasajeros que llegan a la TAPO han reportado retrasos que van de una a dos horas adicionales, debido a las rutas alternas que los autobuses deben tomar. Manuel Gómez, uno de los pasajeros afectados, relató que su viaje desde Orizaba, Veracruz, que normalmente toma unas seis horas, se alargó considerablemente. “El conductor nos avisó en Orizaba que habría un cambio de ruta. El viaje, que normalmente termina a las 6 de la mañana, se extendió hasta las 8 o 9 debido a la situación”, comentó.
Dentro de la terminal, la escena es de resignación y agotamiento. Pasajeros como Froylán García, quien viaja con su familia, optan por descansar en las bancas o entretenerse con sus dispositivos móviles mientras esperan la salida de su autobús. “Compramos los boletos hace ocho días, sin saber de esta situación. Preguntamos a la línea de autobuses y nos dicen que los camiones están llegando, pero con retraso de hasta dos horas”, explicó García, reflejando la frustración compartida por muchos.
Nancy Castro, otra pasajera, compartió su experiencia al enfrentarse al cambio de ruta inesperado. “Nos enteramos del cierre en Veracruz, en Las Tinajas. El autobús tuvo que desviarse y tomar una ruta alterna, lo que añadió cerca de tres horas más al trayecto”, señaló, subrayando la falta de comunicación oportuna que ha exacerbado la incertidumbre entre los usuarios.
A pesar de que en algunos momentos los manifestantes han permitido el paso parcial en la autopista, las rutas alternas siguen siendo necesarias, prolongando los tiempos de viaje y afectando a miles de personas. La situación en la TAPO es un recordatorio de la vulnerabilidad del sistema de transporte ante este tipo de contingencias, donde los pasajeros son quienes pagan el precio más alto.
El bloqueo en la autopista México-Puebla, una de las principales arterias de conexión del país, continúa generando retrasos y molestias, sin una solución inmediata a la vista. Mientras tanto, los pasajeros en la TAPO deben armarse de paciencia y adaptarse a las circunstancias, esperando que la situación se resuelva pronto y puedan continuar con sus viajes de manera normal.