El sector agroalimentario mexicano ha alcanzado un papel protagónico en la economía nacional, consolidándose como el tercer mayor exportador del país, con un valor anual que ronda los 55 mil millones de dólares; sin embargo, detrás de este impresionante crecimiento hay un lado menos visible: gran parte de las ganancias está en manos de trasnacionales, que controlan la producción y distribución de los principales productos de exportación.
De acuerdo con datos del Banco de México, los productos líderes en exportación incluyen cerveza, tequila, aguacate, jitomate, berries y pimientos, entre otros. Estos productos generaron en 2024 ingresos superiores a los 55 mil millones de dólares, con la mayor parte de las exportaciones destinadas a Estados Unidos; sin embargo, el control de estas cadenas de valor está concentrado en unas cuantas corporaciones extranjeras.
Por ejemplo, la industria cervecera que representa el 11% de las agroexportaciones mexicanas, está dominada por Heineken y Anheuser-Busch InBev, ambas empresas extranjeras que absorbieron los principales grupos cerveceros mexicanos hace más de una década. En el caso del tequila, marcas como Don Julio, José Cuervo y Sauza están en manos de corporaciones como Diageo y Beam Suntory.
Impacto de trasnacionales en el agro mexicano
La influencia de estas empresas no sólo afecta la distribución de las ganancias, sino también las dinámicas locales de producción. En el caso de las berries, cuya exportación ha crecido exponencialmente, se observa una disminución de tierras dedicadas a cultivos esenciales como maíz y frijol, indispensables para el consumo interno. Empresas como Driscoll’s y Berrymex, ambas estadounidenses, dominan este mercado, desplazando a pequeños productores y controlando la mayor parte de la producción.
Por otro lado, en el sector del aguacate, compañías como Calavo Growers y Mission Produce han sido señaladas por trabajar con productores que recurren a prácticas como la tala ilegal de bosques para expandir sus plantaciones, agravando problemas ambientales en estados como Michoacán.
Dominio extranjero en cifras
- Cerveza:
- Exportaciones en 2024: 6 mil millones de dólares.
- Principales empresas: Heineken y Anheuser-Busch InBev, que controlan el 90% del mercado.
- Tequila:
- Exportaciones en 2024: 4 mil millones de dólares.
- Controlado por empresas como Diageo, Beam Suntory, y Pernod Ricard.
- Berries:
- Exportaciones en 2024: 2.4 mil millones de dólares.
- Dominado por Driscoll’s y Berrymex, con operaciones concentradas en Jalisco.
- Aguacate:
- Exportaciones en 2024: 3 mil millones de dólares.
- Controlado por corporaciones como Calavo Growers y Mission Produce.
Debate sobre el modelo agroexportador
La concentración del mercado agroexportador en manos de trasnacionales ha encendido el debate sobre la sostenibilidad y justicia del modelo actual. Héctor Gómez, economista especializado en comercio exterior, explica: “El crecimiento en las exportaciones es innegable, pero el modelo beneficia principalmente a grandes corporaciones. El desafío está en cómo redistribuir los beneficios para incluir a pequeños y medianos productores.”
Además, las políticas públicas han priorizado la expansión de productos de alto valor comercial en el extranjero, como el aguacate o las berries, dejando de lado la producción de alimentos básicos para el consumo nacional. Esto ha generado críticas desde organizaciones campesinas, que exigen mayor apoyo para cultivos como el maíz y el frijol, esenciales para la seguridad alimentaria.
Perspectivas a futuro
Para lograr un equilibrio en el sector agroalimentario, expertos coinciden en que se necesitan políticas que promuevan la inclusión de pequeños productores en las cadenas de valor y regulaciones más estrictas para garantizar prácticas sostenibles.
La Secretaría de Agricultura ha anunciado programas de apoyo para fortalecer a los productores locales, aunque su alcance aún es limitado frente al poder de las trasnacionales.
El éxito de México como potencia agroexportadora es innegable, pero también lo es la concentración de las ganancias en manos de un pequeño grupo de grandes empresas, muchas de ellas extranjeras. Mientras tanto, los pequeños productores luchan por sobrevivir en un mercado cada vez más competitivo.
La pregunta que surge es: ¿cómo puede México aprovechar su potencial exportador sin sacrificar la equidad y sostenibilidad? La respuesta requerirá un enfoque integral que considere tanto el desarrollo económico como el bienestar social y ambiental.
