Este pasado domingo, en Santiago la segunda ciudad más grande de Cuba, cientos de personas salieron a las calles en una protesta poco común, por la escasez de alimentos y los prolongados cortes de energía que han exacerbado las tensiones en la isla.
Los manifestantes expresaron sus demandas con cánticos, destacando la necesidad de electricidad y comida, en medio de apagones que llegan a durar hasta 18 horas al día en algunas zonas. Estos problemas han sido agravados por la crisis económica que ha golpeado a Cuba, exacerbada por la pandemia de COVID-19.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, respondió a las protestas llamando al diálogo y a la calma. En un mensaje en redes sociales, expresó la disposición del Gobierno para abordar las quejas del pueblo y explicar los esfuerzos que se están realizando para mejorar la situación.
Las autoridades policiales se desplegaron para evitar posibles actos violentos durante la manifestación. Díaz-Canel también señaló la presencia de “terroristas” radicados en Estados Unidos, a quienes acusó de incitar acciones contra el orden interno del país.
Las protestas en Cuba son poco comunes pero se han vuelto más frecuentes en los últimos años, reflejando las dificultades económicas que enfrenta la isla. Aunque la constitución cubana de 2019 reconoce el derecho a protestar, una legislación más específica sobre este derecho aún está pendiente en la legislatura.
La situación en Cuba es un reflejo de los desafíos económicos y sociales que enfrentan muchos países en el mundo, y es crucial que el diálogo y la colaboración sean prioridades para encontrar soluciones a largo plazo.