19 septiembre, 2024

 

Osiel Cárdenas Guillén, el exlíder del Cártel del Golfo y fundador de Los Zetas, ha salido de prisión en Estados Unidos este 30 de agosto de 2024. Cárdenas Guillén, quien durante años fue uno de los narcotraficantes más poderosos y temidos de México, fue liberado tras cumplir una sentencia de 25 años en el Centro Penitenciario de Alta Seguridad de Terre Haute, Indiana. Su liberación marca el final de un capítulo oscuro en la lucha contra el narcotráfico, pero también abre una nueva etapa llena de incertidumbre sobre su futuro y las posibles repercusiones en México.

 

Osiel Cárdenas Guillén, conocido también como “El Mata Amigos”, construyó un vasto imperio del narcotráfico que controlaba una gran parte del tráfico de drogas desde México hacia Estados Unidos. Su liderazgo en el Cártel del Golfo se caracterizó por una brutalidad sin precedentes y fue durante su mando que surgió el grupo paramilitar conocido como Los Zetas, quienes originalmente eran un brazo armado del cártel.

 

Nacido en Matamoros, Tamaulipas, Cárdenas Guillén comenzó su carrera criminal en los años 90, escalando rápidamente en las filas del Cártel del Golfo hasta convertirse en su líder absoluto. Bajo su liderazgo, el cártel no solo se consolidó como uno de los principales exportadores de cocaína y marihuana hacia Estados Unidos, sino que también diversificó sus operaciones hacia el secuestro, extorsión y el tráfico de armas.

 

Captura y Extradición

La caída de Cárdenas Guillén comenzó el 14 de marzo de 2003, cuando fue capturado en Matamoros por fuerzas federales mexicanas. Este evento fue un golpe significativo para el Cártel del Golfo y marcó el inicio de su declive, aunque la organización continuó operando bajo el liderazgo de otros miembros de la familia Cárdenas y sus socios.

 

Tras su captura, México recibió una solicitud de extradición de Estados Unidos, donde Cárdenas Guillén era buscado por múltiples cargos, incluyendo narcotráfico, lavado de dinero y extorsión. El 19 de enero de 2007, fue extraditado a Estados Unidos, donde enfrentó un juicio federal. En 2009, en un intento por reducir su sentencia, Cárdenas se declaró culpable de cinco cargos, lo que resultó en una condena de 25 años de prisión y una multa de 50 millones de dólares.

 

Sentencia Cumplida y una Liberación Anticipada

A pesar de la gravedad de sus crímenes, Cárdenas Guillén cumplió menos de la mitad de su condena original. Su liberación este 30 de agosto de 2024 fue posible gracias al tiempo que pasó detenido en México antes de su extradición, así como por su buen comportamiento en prisión. Según el Buró de Prisiones de Estados Unidos, la fecha de su liberación estaba programada para este día, y en las primeras horas de la mañana, el portal oficial de la prisión actualizó su estado a “desconocido”, indicando que había sido liberado.

 

La jueza federal Hilda G. Tagle, quien presidió su caso, ordenó que Cárdenas Guillén cumpliera una pena adicional de cinco años bajo libertad supervisada; sin embargo, aún se desconoce si Cárdenas optará por permanecer en Estados Unidos bajo este régimen o si será deportado a México, donde aún enfrenta cargos por crimen organizado y otros delitos relacionados.

 

¿Qué sigue para Osiel Cárdenas Guillén?

El futuro de Cárdenas Guillén es incierto. Aunque existe la posibilidad de que sea deportado a México, también es probable que busque acogerse al programa de protección de testigos de Estados Unidos, una opción que le ofrecería un grado de seguridad a cambio de cooperar con las autoridades. Esta posibilidad no es descabellada, considerando que su colaboración en Estados Unidos podría haber sido un factor en la reducción de su sentencia.

 

En México, Cárdenas Guillén no ha estado inactivo en el ámbito legal. A inicios de 2024, promovió un amparo para evitar ser detenido nuevamente en su país de origen, argumentando que los delitos por los que es buscado en México ya han prescrito. En febrero de este año, un tribunal mexicano le concedió un amparo, aunque el caso aún está en revisión por parte de otro tribunal.

La liberación de Cárdenas Guillén ha generado una ola de reacciones tanto en México como en Estados Unidos. Las autoridades mexicanas han mantenido un bajo perfil respecto al caso, pero se espera que su posible regreso a México despierte una serie de desafíos para el gobierno, particularmente en términos de seguridad y justicia. La violencia en Tamaulipas, su estado natal, ha disminuido en los últimos años, pero la influencia de Cárdenas Guillén y su legado en la región aún es palpable.

 

En Estados Unidos, su liberación ha sido recibida con cautela. Aunque las autoridades estadounidenses han sido eficaces en desmantelar gran parte de su imperio criminal, el caso de Cárdenas Guillén es un recordatorio de los límites de la justicia en la lucha contra el narcotráfico.