En un nuevo capítulo en la lucha contra el crimen organizado en México, Osiel Cárdenas Guillén, exlíder del Cártel del Golfo y fundador del grupo criminal Los Zetas, ingresó al penal de máxima seguridad del Altiplano, Estado de México, donde cumplirá formal prisión tras ser extraditado de Estados Unidos.
El pasado 16 de diciembre, el hombre originario de Tamaulipas, de 57 años, fue entregado a las autoridades mexicanas luego de cumplir una sentencia reducida de 14 años en Estados Unidos por narcotráfico y lavado de dinero. En México, la Fiscalía General de la República (FGR) presentó en su contra tres órdenes de aprehensión por homicidio calificado, delincuencia organizada y delitos contra la salud.
Un juez federal dictó auto de formal prisión contra Cárdenas Guillén el 18 de diciembre, vinculado al homicidio de seis personas ocurrido en 2007, tras ser detenido por la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (FEMDO). Además de esta acusación, el exlíder criminal enfrenta siete procesos penales reactivados por delitos como delincuencia organizada, operaciones con recursos de procedencia ilícita y acopio de armas y municiones de uso exclusivo del Ejército.
El Gabinete de Seguridad señaló que las condenas acumuladas por estos delitos podrían alcanzar los 730 años de prisión, una pena que reflejan la gravedad de los crímenes atribuidos a quien fuera uno de los líderes del narcotráfico más poderosos de las últimas décadas.
El ingreso de Cárdenas Guillén al Altiplano representa un mensaje contundente de las autoridades mexicanas sobre su compromiso con la justicia. Durante su liderazgo en el Cártel del Golfo, este grupo dominó el tráfico de drogas en el noreste del país y expandió su influencia con la creación de Los Zetas, conocidos por su extrema violencia.
Con este proceso, México enfrenta un complejo desafío: garantizar que se respete el debido proceso, sin dejar de enviar un mensaje claro contra la impunidad en los altos mandos del crimen organizado. Las acciones judiciales contra Cárdenas Guillén son un recordatorio del largo brazo de la justicia y del esfuerzo conjunto entre países para desmantelar estructuras criminales.
El caso seguirá en los reflectores mientras las investigaciones avanzan y se consolidan las pruebas que buscan llevar a Osiel Cárdenas Guillén a una sentencia ejemplar en suelo mexicano.