2 julio, 2024

En una decisión que ha generado amplias discusiones, el Parlamento Europeo aprobó el nuevo Pacto sobre Migración y Asilo con 300 votos a favor y 270 en contra, marcando un cambio significativo en la política migratoria de la Unión Europea (UE). Esta reforma, que ha despertado tanto apoyo como crítica, pretende reforzar los controles fronterizos y establecer procedimientos más rápidos para la solicitud de asilo.

 

Bajo las nuevas regulaciones, se determinará en un plazo máximo de siete días si los migrantes pueden iniciar el proceso de asilo o si serán retornados a sus países de origen. Para aquellos cuyo proceso de asilo se abra, este podrá extenderse hasta 12 semanas. Además, se ha creado un fondo para apoyar a los países de la UE que enfrentan mayores presiones migratorias, como Italia.

 

 

Las normas establecen que 30 mil solicitantes de asilo podrán ser redistribuidos anualmente entre los estados miembros. Aquellos países que se nieguen a acoger a migrantes tendrán que compensar con 20 mil euros por persona. También se permitirá la recolección de datos biométricos, incluidas las huellas digitales, de los solicitantes a partir de los seis años de edad.

 

La aprobación de este pacto provocó protestas frente al Parlamento Europeo en Bruselas, donde activistas y organizaciones civiles expresaron su rechazo con consignas como “Sin fronteras. Sin naciones. Alto a las deportaciones” y calificativos hacia el pacto como “Asesinos de los derechos humanos”.

 

 

En el ámbito internacional, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) han instado a un enfoque colaborativo y comprensivo para gestionar la migración y el asilo en las Américas. Si bien reconocen esfuerzos positivos como el aumento en el reasentamiento y la creación de vías de acceso regulares, expresan preocupación por las restricciones que limitan el acceso al asilo, especialmente tras las modificaciones de la política estadounidense.

 

ACNUR y la OIM destacan que ningún país puede abordar solo los desafíos de la migración y el desplazamiento forzado, enfatizando la necesidad de cooperación y solidaridad internacional. Subrayan la importancia de asegurar el acceso a procedimientos de asilo justos, eficientes y seguros, así como de promover vías legales y seguras para los migrantes y refugiados.

 

Este nuevo pacto migratorio europeo, aunque busca una gestión más ordenada y eficiente de la migración, ha puesto en evidencia las tensiones y desafíos que enfrenta la comunidad internacional en su intento de balancear la seguridad, los derechos humanos y las responsabilidades compartidas en la gestión de la migración global.