6 noviembre, 2024

 

Raquel Buenrostro, titular de la Secretaría de la Función Pública (SFP), presentó la nueva Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno, que sustituye a la Secretaría de la Función pública (SFP), como parte de los esfuerzos del gobierno de Claudia Sheinbaum para fortalecer la transparencia y el combate a la corrupción en México. Este cambio es un paso importante en la evolución de la Cuarta Transformación, buscando mejorar la eficiencia gubernamental y dignificar el servicio público.

 

Un cambio de mística y vocación

Buenrostro explicó que la creación de esta nueva secretaría responde a la necesidad de transformar profundamente la forma en que el gobierno aborda la corrupción. “Queremos cambiar la mística y la vocación del servicio público, orientándonos hacia la prevención de actos corruptos en lugar de simplemente sancionarlos”, explicó la titular.

 

El nuevo enfoque preventivo busca erradicar la corrupción desde su raíz, en lugar de reaccionar solo cuando ya se ha cometido un acto ilícito. “Un buen gobierno es aquel que previene, blinda los programas prioritarios y enseña a los funcionarios a actuar con ética y eficiencia desde el primer día”, destacó Buenrostro.

 

Diez pilares para combatir la corrupción

La Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno se basará en diez pilares fundamentales, que guiarán sus esfuerzos para prevenir y erradicar la corrupción en todos los niveles de gobierno. Estos pilares son:

  1. Dignificar la carrera del servidor público: Importancia de revalorizar el trabajo en el sector público, promoviendo una vocación ética y un compromiso con el bienestar social.
  2. Acompañamiento preventivo: Asesoría a las instituciones para blindar los programas prioritarios del gobierno, evitando posibles irregularidades desde su planeación.
  3. Modernización administrativa: Digitalización y simplificación de trámites serán clave para inhibir la corrupción y aumentar la eficiencia del gobierno.
  4. Compras públicas transparentes: Consolidación de las compras gubernamentales será una prioridad, asegurando que se realicen de manera justa y transparente, apoyando a proveedores nacionales y pequeñas empresas.
  5. Transparencia proactiva: Además de cumplir con lo que marca la ley, el gobierno abrirá datos de manera proactiva para que los ciudadanos puedan seguir de cerca las decisiones y acciones gubernamentales.
  6. Colaboración con la sociedad y el sector privado: Trabajar con la sociedad civil y el sector privado para sumar esfuerzos en la lucha contra la corrupción.
  7. Foco en áreas de mayor impacto: Órganos Internos de Control (OIC) se enfocarán en supervisar las áreas donde hay mayor riesgo de corrupción y donde se manejan mayores recursos.
  8. Cultura de la denuncia: Se fortalecerá la confianza en los sistemas de denuncia, garantizando la confidencialidad para los ciudadanos y funcionarios que reporten actos de corrupción.
  9. Investigaciones preventivas: Realizar investigaciones para identificar y prevenir posibles actos corruptos antes de que ocurran.
  10. Combate a la impunidad: Un eje central será combatir la impunidad, asegurando que quienes cometan actos de corrupción enfrenten consecuencias claras y severas.

Desaparición del INAI e integración de funciones

Uno de los puntos más controversiales es la asunción por parte de la nueva Secretaría, de las funciones del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), en caso de que la reforma que plantea su desaparición sea aprobada. Buenrostro aseguró que, en este escenario, la secretaría respetará y garantizará el derecho de los ciudadanos a la información pública y la protección de sus datos personales.

 

“Esto no cambia nada en cuanto a los derechos de la gente”, aclaró Buenrostro, añadiendo que se trabajará de la mano con los Tribunales de Justicia Administrativa para evitar ser juez y parte en la resolución de estos temas.

 

Austeridad y menos burocracia: Nuevo rostro del gobierno

Otro de los objetivos principales de la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno será reducir los costos del gobierno, promoviendo la austeridad y eliminando lujos y gastos innecesarios. “Vamos a tener cero lujos, menos burocracia y más eficiencia”, subrayó Buenrostro, quien explicó que se apostará por la digitalización y simplificación de trámites para hacerlos menos propensos a la corrupción.

 

La Agencia de Transformación Digital, bajo el mando de José Merino, será una aliada clave en este esfuerzo, ya que buscará modernizar los sistemas y procesos administrativos del gobierno para hacerlos más transparentes y accesibles. Además, en los primeros 100 días de operación, la nueva secretaría trabajará estrechamente con la Secretaría de Hacienda y la Consejería Jurídica de la Presidencia para reformar las leyes de Adquisiciones y Obras, con el objetivo de hacer más ágil y transparente el proceso de contratación pública.

Modelo de prevención y eficiencia

La presidenta Claudia Sheinbaum, por su parte, celebró la creación de la nueva secretaría y reiteró su compromiso con el combate a la corrupción. “La corrupción debilita el Estado de derecho, inhibe las inversiones y genera desigualdad”, declaró Sheinbaum durante la presentación de la secretaría.

 

Sheinbaum destacó que, bajo este nuevo modelo, se dará seguimiento puntual a grandes proyectos como el Tren Maya y los programas prioritarios de salud y seguridad alimentaria. “Es un gobierno del pueblo, y estamos comprometidos con garantizar que cada peso se use para el bienestar de los mexicanos”, concluyó.

La Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno representa un cambio significativo en la estrategia del gobierno para combatir la corrupción y modernizar la administración pública en México. Con un enfoque preventivo y una mayor apuesta por la transparencia, esta nueva secretaría busca evitar que la corrupción se arraigue en el sistema, trabajando en conjunto con la sociedad civil y el sector privado.

 

Los próximos meses serán clave para ver cómo esta nueva secretaría comienza a operar y qué impacto tiene en la eficiencia gubernamental. Mientras tanto, el compromiso de Raquel Buenrostro y su equipo es claro: transformar el servicio público en una vocación ética y efectiva, al servicio de todos los mexicanos.