La reciente elección para la titularidad de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ha dejado un intenso debate sobre la imparcialidad del proceso. Nashieli Ramírez Hernández, actual presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCDMX) y una de las aspirantes mejor evaluadas en el proceso, expresó su descontento y llamó a establecer criterios más equitativos en futuras designaciones.
En entrevista, Ramírez afirmó que no percibió que el proceso estuviera previamente definido. “No lo veía yo tan cantado. No sé si pecar de ilusa, pero no leía que ya estuviera totalmente definido. Veía todavía deliberaciones por parte de los senadores. Eso nos lleva a replantear el procedimiento”, comentó.
A pesar de haber obtenido 15 puntos en las evaluaciones realizadas por senadores de Morena, PT, PVEM, PAN, PRI y MC; Ramírez fue relegada cuando Rosario Piedra Ibarra, con apenas un punto, fue reelegida para un segundo periodo al frente de la CNDH. Este resultado, según Ramírez, evidencia la necesidad de establecer criterios técnicos vinculantes en la elección del ombudsperson.
Críticas al sistema actual
Ramírez señaló que el proceso actual carece de reglas claras que prioricen las evaluaciones técnicas. Aunque la convocatoria mencionaba que los criterios técnicos serían tomados en cuenta, estos fueron indicativos, no obligatorios. “Eso permite incorporar otros elementos que no están dentro de la valoración inicial. Así se justificó la inclusión de la actual presidenta en la terna”, explicó.
Proponiendo un enfoque distinto, Ramírez mencionó el ejemplo de su reelección en la CDHCDMX: “Cuando me reelegí, competí contra mí misma. Si el Congreso local no me hubiera electo por segunda ocasión, se habría abierto el proceso para otros. Este modelo asegura un piso más parejo”, destacó.
Sabor amargo de un sistema desigual
Sobre su experiencia en el Senado, Nashieli Ramírez reconoció el malestar que dejó el resultado. “Cuando participas en estos procesos, entras convencida de que tienes los elementos necesarios para ocupar el cargo. Naturalmente, si no es así, el sabor de boca no es bueno”, señaló.
Ante la elección de Piedra Ibarra, la peor evaluada según los parámetros técnicos, Ramírez comentó: “Tienen el marco legal para hacerlo, eso es cierto, sin embargo, debemos trabajar para que las convocatorias sean más sólidas, con criterios vinculantes que eliminen cuestionamientos.”
Reformas necesarias para fortalecer a la CNDH
Ramírez subrayó que la CNDH necesita una transformación profunda para ser más eficiente y responder a las necesidades de las víctimas. “En la CDHCDMX hemos adoptado un enfoque que va más allá de las recomendaciones tradicionales. Incluye mecanismos alternativos para proteger a las víctimas y reparar el daño. Esta lógica podría replicarse a nivel nacional”, explicó.
La presidenta de la CDHCDMX destacó la importancia de articular procesos que protejan a las víctimas y reconstruyan su confianza en las instituciones. Según ella, el modelo actual de la CNDH carece de los elementos necesarios para cumplir con esta misión.
El proceso electoral en la CNDH no solo ha generado inconformidad entre los aspirantes, sino también una ola de críticas desde diversos sectores. Organizaciones civiles han señalado que la reelección de Rosario Piedra fue un acto que priorizó intereses políticos sobre las capacidades técnicas de los candidatos.
Desde la oposición, senadores de partidos como el PAN y MC han cuestionado abiertamente la legitimidad del proceso. “Es un retroceso para los derechos humanos en México. Necesitamos un organismo verdaderamente independiente, y hoy la CNDH no lo es”, expresó la senadora Kenia López Rabadán.
Por otro lado, senadores oficialistas defendieron la decisión, argumentando que Piedra Ibarra ha trabajado para fortalecer la institución y que su continuidad permitirá consolidar los avances logrados durante su primer mandato.
Nashieli Ramírez concluyó su participación enfatizando la necesidad de un cambio estructural en los procesos de elección. “Debemos trabajar juntos para garantizar que las decisiones sean justas, transparentes y basadas en el mérito. Solo así podremos construir instituciones que verdaderamente protejan los derechos humanos de todos los mexicanos.”
La elección en la CNDH deja claro que la política sigue teniendo un peso significativo en la designación de sus titulares, pero también abre la puerta a un debate más amplio sobre cómo mejorar los procedimientos y asegurar que las instituciones de derechos humanos cumplan con su propósito esencial: defender a las víctimas y garantizar justicia.