5 julio, 2024

El Super Bowl, la culminación anual del fútbol americano profesional en Estados Unidos, es mucho más que un evento deportivo: es un espectáculo que fusiona el deporte y la música de una manera única. En el centro de esta combinación se encuentra el legendario Michael Jackson, cuya actuación en el espectáculo de medio tiempo de 1993 marcó un antes y un después en la historia de la NFL.

 

Este 2024, el encargado de entretener al público en el intermedio del juego es el talentoso músico y productor Usher. Reconociendo el desafío de estar a la altura de las expectativas, Usher busca inspiración en la figura icónica de Michael Jackson, cuyo impacto en el Super Bowl continúa resonando hasta el día de hoy.

 

Antes de la aparición de Jackson, el espectáculo de medio tiempo del Super Bowl carecía del atractivo y la grandeza que conocemos actualmente. Bandas locales y músicos de jazz amenizaban los descansos, pero la NFL anhelaba algo más espectacular. Fue entonces cuando Michael Jackson irrumpió en el escenario.

 

El 31 de enero de 1993, en el Rose Bowl de Pasadena, California, durante el Super Bowl XXVII, Jackson se convirtió en el primer gran artista en actuar en el espectáculo de medio tiempo. Su presentación fue un evento monumental, que atrajo a una audiencia de 133 millones de espectadores, cambiando para siempre la dinámica del entretenimiento deportivo.

 

 

Con un repertorio que incluyó éxitos como “Jam”, “Billie Jean”, “Black or White” y “We are the World”, Jackson cautivó al público con su carisma y talento inigualables. Su actuación, que duró 12 minutos, fue una exhibición de espectacularidad y magnetismo que estableció un nuevo estándar para el Super Bowl.

 

El legado de Michael Jackson en el Super Bowl trasciende el evento en sí mismo. Su actuación histórica abrió las puertas para que la NFL buscara a grandes estrellas de la música para futuros espectáculos de medio tiempo. Desde entonces, artistas como U2, Madonna, The Rolling Stones, Beyoncé y Lady Gaga han seguido los pasos del “Rey del pop“, convirtiendo el espectáculo de medio tiempo en un escaparate para la creatividad y la innovación artística.

 

En resumen, la actuación de Michael Jackson en el Super Bowl de 1993 marcó un hito en la historia del entretenimiento deportivo, demostrando el poder y la influencia de la música en un evento deportivo de clase mundial. Su legado perdura en cada espectáculo de medio tiempo, recordándonos el impacto duradero de un verdadero icono.