Mientras el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, mantiene sus amenazas de imponer aranceles y complicar la relación comercial con México, el gobernador de California, Gavin Newsom , apuesta por fortalecer los vínculos económicos con nuestro país. Esta semana, el mandatario demócrata visitó la frontera para anunciar una medida que podría marcar un antes y un después en el intercambio bilateral.
El estado de California acelerará la construcción de una carretera que conectará con la nueva garita Otay Mesa 2, un cruce fronterizo de cuota que promete reducir drásticamente los tiempos de espera. En lugar de pasar horas detenido en la línea —actualmente hasta tres horas en promedio—, el objetivo es que los vehículos crucen en aproximadamente 20 minutos. Esto representará un alivio notable para el tráfico comercial, agilizando el paso de mercancías y beneficiando a ambos lados de la frontera.
México es el principal socio comercial de California. Cada año, nuestro país exporta bienes a ese estado por valor de 61 mil 500 millones de dólares, mientras que California envía productos a México por 33 mil 300 millones de dólares anuales. Mejorar la infraestructura para el cruce fronterizo no solo beneficiará el comercio, sino también a las comunidades locales, que verán menos congestión y menos contaminación.
En el lado mexicano, ingenieros militares de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) han avanzado en la construcción de un puente elevado que llevará a la nueva garita, y la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila, estima que el proyecto estará terminado antes de fin de año.
Aunque el Congreso estadunidense aún no aprueba algunos presupuestos, California ha invertido ya 480 millones de dólares y recientemente recibió 40 millones adicionales para terminar la obra. Con Otay 2 funcionando, se espera descongestionar otras garitas, como la principal ruta comercial terrestre entre California y México, la de Otay, y la muy transitada de San Ysidro.
Durante su visita, Newsom resaltó la importancia de la relación con México, en abierto contraste con la línea de Trump, quien ha amagado con imponer aranceles de hasta el 25% a productos mexicanos y deportar a millones de indocumentados. El gobernador californiano no mencionó directamente a Trump, pero escogió el muro fronterizo como telón de fondo para reiterar que la cooperación comercial y la reducción del tráfico ilícito de drogas, y no las amenazas, son el camino a seguir.
