28 septiembre, 2024

El escenario político en México se transforma de manera significativa de cara a las elecciones presidenciales del 2 de junio de 2024, ya que se perfila que, “sí o sí”, el país elegirá a su primera presidenta. Este hecho histórico se materializará a través de las dos principales candidaturas que encabezan la contienda: Sigamos Haciendo Historia, representada por Claudia Sheinbaum, y la coalición opositora Fuerza y Corazón por México, liderada por Xóchitl Gálvez.

 

Y no significa que la opción de Jorge Álvarez Máynez por Movimiento Ciudadano (MC) no sea importante, pero el panorama se aclara en favor de la participación femenina en la máxima magistratura del país. Ana Lucía Medina, politóloga y miembro de Sociedad Civil México, enfatiza que el 2024 será testigo de un hecho histórico para México: la elección de su primera presidenta.

 

Sin embargo, surge un debate adicional sobre si México está verdaderamente preparado para ser gobernado por una mujer. Medina sostiene que, aunque la sociedad está preparada desde hace tiempo, las condiciones internas de los partidos políticos no propiciaban la promoción de mujeres a la presidencia. A lo largo de la historia, ocho mujeres se postularon para la presidencia, pero ninguna llegó a ocupar el Palacio Presidencial.

 

Este cambio histórico trasciende fronteras, ya que la ganadora de la presidencia de México se convertirá en la primera mandataria de Norteamérica, situando al país y a la región “al nivel de otros países de América Latina”, según la politóloga Palmira Tapia. Destaca que en Centro y Suramérica ya ha habido varias presidentas que han marcado pauta en la región.

 

La pregunta crucial que se plantea es cómo gobernarán estas mujeres. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) respaldó en 2020 la idea de que las mujeres tienden a gobernar con liderazgo, firmeza, elocuencia y empatía por los más vulnerables. Durante la pandemia de Covid-19, las mandatarias demostraron sensibilidad y capacidad de respuesta, según la ONU.

 

Palmira Tapia resalta la visión interesante de Claudia Sheinbaum, una mujer científica, académica y activista, que aportaría un abordaje de los problemas desde lo estructural, con propuestas más promisorias para las mujeres. Por otro lado, Ana Lucía Medina plantea la disyuntiva entre Claudia Sheinbaum, vista como continuista, y Xóchitl Gálvez, con posturas firmes y la esperanza de cambio.

 

Aunque las expertas coinciden en la importancia de elegir a una mujer presidenta, advierten que esto no garantiza automáticamente una agenda feminista. María Noel Vaeza, directora regional de ONU Mujeres, ve a México listo para elegir a su primera presidenta y espera que esto se convierta en un referente para la región.

 

La coyuntura actual plantea un reto significativo: reducir las brechas de género en todos los ámbitos, incluso en la política, a pesar de los avances logrados. La elección de una mujer presidenta no debe ser solo un cambio simbólico, sino una oportunidad para construir un país más justo e inclusivo. El compromiso con la igualdad de oportunidades y la autonomía de las mujeres será esencial para lograr un liderazgo femenino efectivo.

 

En resumen, el 2024 se presenta como un año crucial para la historia política de México, donde la elección de una presidenta marca un hito trascendental. La sociedad mexicana se enfrenta a la oportunidad de romper barreras y paradigmas, abriendo las puertas a un liderazgo femenino que busca construir un país próspero y equitativo para todas y todos los mexicanos.

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