28 septiembre, 2024

 

Con la reciente aprobación de la reforma que incorpora la Guardia Nacional (GN) a las Fuerzas Armadas, el destino de al menos 15 mil elementos que alguna vez formaron parte de la extinta Policía Federal (PF), se ha vuelto incierto. Estos policías, que fueron parte fundamental de la creación de la GN en 2019, serán cesados de sus funciones en la corporación y transferidos a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC). Esta medida ha generado reacciones mixtas entre actores políticos, expertos en seguridad y los propios expolicías, quienes han expresado su preocupación por la pérdida de sus actuales puestos.

 

La reforma constitucional, impulsada por el gobierno actual, tiene como objetivo integrar de manera más estrecha la GN en el esquema de las Fuerzas Armadas. Según los legisladores que apoyan esta iniciativa, se busca fortalecer la capacidad operativa de la Guardia y garantizar la seguridad pública en un país que ha enfrentado niveles alarmantes de violencia en las últimas décadas.

 

Uno de los aspectos más controversiales de la reforma es la disposición que impide que civiles formen parte de la Guardia Nacional, lo que afecta directamente a los elementos que provienen de la extinta Policía Federal. De acuerdo con el Censo Nacional de Seguridad Pública realizado por el INEGI, actualmente hay 15 mil 158 expolicías federales que forman parte de la Guardia Nacional. Con la nueva reforma, estos elementos serán removidos y transferidos a la SSPC.

En un comunicado emitido tras la aprobación de la reforma en comisiones del Senado, Leticia Robles, presidenta de la Comisión de Estudios Legislativos, destacó la importancia de este cambio para el fortalecimiento de las instituciones de seguridad en México.

 

“La Guardia Nacional necesita una estructura sólida y coordinada con las Fuerzas Armadas para enfrentar los retos de seguridad que nuestro país vive. Los civiles, aunque han desempeñado un papel importante, deben estar en áreas donde puedan ser más efectivos, como la Secretaría de Seguridad Pública”, mencionó Robles durante una conferencia de prensa.

 

Por otro lado Mateo Reyes, diputado opositor, expresó su descontento con la decisión, afirmando que la militarización de la Guardia Nacional contraviene el carácter civil que se le había prometido al principio. “La Guardia Nacional fue concebida como una fuerza civil con un enfoque de proximidad social, y ahora vemos cómo esta promesa se desvanece. Estamos dejando atrás a miles de policías capacitados que han servido al país, y la militarización total no es la respuesta a nuestros problemas de seguridad”, dijo Reyes en su intervención en la Cámara de Diputados.

 

Derechos laborales y transición a la SSPC

Uno de los puntos que más preocupa a los expolicías federales es la preservación de sus derechos laborales. La reforma establece en su artículo sexto transitorio que los elementos que sean transferidos a la SSPC conservarán sus derechos laborales adquiridos, como su antigüedad y prestaciones, pero algunos de estos policías han expresado dudas sobre cómo se implementará esta transición.

 

Juan Carlos Rodríguez, uno de los líderes del grupo de expolicías federales que formaron parte de la Guardia Nacional, mencionó en entrevista con medios locales que aún no han recibido información clara sobre sus futuras funciones dentro de la SSPC.

 

“Nos han dicho que nuestros derechos laborales están garantizados, pero no nos han dado detalles sobre las nuevas tareas que realizaremos o si habrá cambios en nuestras condiciones laborales. Hay mucha incertidumbre entre los compañeros”, comentó Rodríguez.

Historia de la Policía Federal y su integración en la GN

La Policía Federal, cuyos orígenes se remontan a 1999 bajo el nombre de Policía Federal Preventiva, jugó un papel crucial en la lucha contra el crimen organizado durante los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

 

Bajo la administración de Calderón, la Policía Federal se transformó en una Secretaría de Estado y fue uno de los actores principales en la llamada “guerra contra el narcotráfico”, pero con la llegada de la administración actual en 2018, se decidió desmantelar la Policía Federal y crear la Guardia Nacional, con la mayoría de sus elementos migrando a esta nueva corporación.

 

 

En 2019, al menos 26 mil policías federales fueron incorporados a la Guardia Nacional, pero cinco años después, solo 15 mil 158 de ellos permanecen en sus filas. La nueva reforma ahora los aleja definitivamente de esta institución, al ser la GN incorporada en su totalidad a las Fuerzas Armadas.

Implicaciones para la seguridad nacional

La transferencia de estos 15 mil expolicías a la SSPC ha generado preocupaciones sobre cómo afectará la capacidad operativa de la Guardia Nacional. Alfredo Montes, experto en seguridad y académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que si bien la reforma puede fortalecer a la GN desde el punto de vista organizativo, podría dejar vacíos importantes en términos de conocimiento y experiencia en el combate al crimen organizado.

 

“La mayoría de los expolicías federales tienen décadas de experiencia en operaciones de seguridad pública y enfrentamiento directo con el narcotráfico. Al separarlos de la Guardia Nacional, se corre el riesgo de perder ese capital humano que ha sido invaluable en la lucha contra el crimen. Además, la militarización total de la GN puede generar problemas en términos de control civil sobre las fuerzas de seguridad”, afirmó Montes.

 

Por su parte, Alessandra Rivas, defensora de derechos humanos, mencionó que la militarización de la Guardia Nacional podría derivar en un incremento en las violaciones a los derechos humanos. “Históricamente, las Fuerzas Armadas han sido señaladas por su falta de rendición de cuentas en casos de abusos. Militarizar la seguridad pública sin un mecanismo de control civil robusto podría empeorar la situación y llevar a un aumento en los casos de violaciones a los derechos humanos, advirtió Rivas en un foro organizado por organizaciones de la sociedad civil.

Futuro de la seguridad en México

La aprobación de esta reforma representa un cambio significativo en el enfoque de la seguridad pública en México. A pesar de las críticas, el gobierno actual ha defendido su decisión argumentando que la violencia generada por el narcotráfico y el crimen organizado requiere de una fuerza de seguridad con mayor capacidad operativa y disciplina.

 

 

Según datos oficiales, entre 2006 y 2023, México experimentó más de 350 mil homicidios violentos, muchos de ellos relacionados con el crimen organizado. Este contexto, sumado a la debilidad institucional de las fuerzas policiales locales, ha sido utilizado como argumento para justificar la militarización de la Guardia Nacional.

 

El Senado tiene previsto aprobar la reforma en pleno en los próximos días, y se espera que la transición de los expolicías a la SSPC se complete antes de fin de año.

 

La cesión de más de 15 mil expolicías de la Guardia Nacional representa un reto para la seguridad pública en México. Mientras algunos ven esta medida como un paso hacia el fortalecimiento de la GN, otros consideran que puede generar nuevos problemas de control civil y operatividad. La discusión sobre la militarización de las fuerzas de seguridad sigue siendo un tema central en el debate político y social del país, y sus consecuencias se verán reflejadas en los próximos años.