Hace dos décadas, la música en Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca, estaba reservada para los hombres. Hoy esa realidad ha cambiado y mujeres como María Reyna, una soprano mixe, están rompiendo barreras y llevando su talento a escenarios internacionales. María Reyna es reconocida como una de las cantantes más destacadas de México y su historia es un ejemplo de perseverancia y orgullo por sus raíces.
Nacida en la Sierra Norte de Oaxaca, Reyna salió de su comunidad a los 15 años con un sueño: convertirse en cantante. Llegó a Guadalajara sin hablar bien español y trabajó como empleada doméstica para ahorrar y pagar sus primeras clases de canto. Su madre siempre le decía: “Detrás de esa montaña hay otro mundo que debes conocer“. Esas palabras la motivaron a seguir adelante.
María Reyna comenzó a cantar en el coro de su escuela, donde su maestro la descubrió y le dijo que sería una gran cantante. A pesar de las dificultades, siguió luchando por su sueño durante 17 años. En Guadalajara, su mentor, Joaquín Garzón, la alentó a no rendirse, incluso cuando su voz no alcanzaba los agudos. Fue Garzón quien la ayudó a reconectar con sus raíces y cantar en su lengua materna, el mixe.
Hoy, María Reyna canta en 15 lenguas indígenas de México y sigue llevando su música a diferentes países. Además, trabaja para inspirar a niñas y mujeres de su comunidad, demostrando que los sueños se pueden cumplir sin importar de dónde vengas.
“Lo importante para hacer realidad los sueños es quererlo, hacerlo con orgullo y mostrar tus raíces”, afirma María Reyna, quien tiene como meta seguir conquistando escenarios y empoderando a las mujeres de su pueblo.
