Un grupo de más de 1,500 académicos de prestigiosas instituciones de México, como El Colegio de México (Colmex), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), ha emitido un contundente llamado a un “boicot académico contra el genocidio en Gaza”.
En un desplegado público, los firmantes enfatizaron que la neutralidad no es una opción en el contexto actual, y que las universidades tienen una responsabilidad ética ante las injusticias.
Postura frente a un conflicto prolongado
El comunicado surge tras más de 400 días de conflicto armado entre Israel y Hamas, en el que los académicos califican las acciones en la Franja de Gaza como un genocidio. Según el desplegado, este conflicto ha causado devastadoras pérdidas humanas y crisis humanitarias, convirtiéndose en un punto focal para el movimiento de solidaridad internacional.
“Es un movimiento sin precedentes en el siglo XXI, liderado por ciudadanos de todo el mundo que exigen la liberación del pueblo palestino”, señala el documento. Los académicos destacaron que la academia no puede ser cómplice ni permanecer en silencio cuando se vulneran los derechos humanos de manera sistemática.
Críticas a universidades israelíes
En el documento, se denunció que algunas universidades israelíes, como la Universidad Hebrea de Jerusalén (UHJ), colaboran estrechamente con el ejército, los servicios de inteligencia y la policía de Israel. Este vínculo, según los firmantes, las convierte en participantes indirectos de los crímenes de lesa humanidad cometidos por el gobierno israelí.
Además, destacaron que varias instituciones académicas internacionales, como la Universidad de Barcelona y la Université Libre de Bruxelles, ya han roto relaciones con universidades israelíes en protesta por su papel en el conflicto.
Papel de El Colegio de México
El Colegio de México (Colmex) se ha posicionado como un referente en este debate, al suspender indefinidamente su colaboración con la UHJ tras un proceso de revisión solicitado por su comunidad estudiantil. Después de seis sesiones de análisis, la comisión revisora del Colmex concluyó que las colaboraciones de la UHJ con el ejército israelí eran incompatibles con los valores éticos de la institución.
El anuncio del Colmex generó tanto apoyo como críticas. Sin embargo, los firmantes del desplegado respaldaron esta decisión y llamaron a otras instituciones académicas de México a seguir el ejemplo. “El Colmex ha demostrado liderazgo ético al tomar esta decisión. Es un camino que debería ser replicado por otros espacios de investigación y educación en el país”, señalaron.
Llamado a un boicot académico global
Los académicos mexicanos invitaron a las universidades de todo el mundo a sumarse al boicot académico y a fomentar un debate genuino sobre la situación en Gaza. Entre las acciones propuestas destacan:
- Promover el boicot académico a instituciones que colaboren con actores involucrados en el conflicto.
- Impulsar debates y foros para sensibilizar a las comunidades universitarias sobre el conflicto palestino-israelí.
- Apoyar la expulsión de Israel de la ONU y trabajar en procesos de verdad, justicia y reparación para las víctimas.
El llamado ha generado una diversidad de reacciones en el ámbito académico y político. María del Carmen Tovar, profesora de la UAM y firmante del desplegado, afirmó: “La academia tiene un papel crucial en la construcción de una sociedad más justa. No podemos quedarnos callados ante un genocidio”.
Por su parte, Alejandro Ramírez, investigador de la UNAM, señaló que el boicot académico no es un ataque contra Israel, sino una forma de presionar para detener las violaciones de derechos humanos. “Es una herramienta pacífica y legítima para exigir justicia”, comentó.
Sin embargo, esta postura también ha enfrentado críticas. Algunos sectores consideran que estas acciones podrían politizar el trabajo académico y dificultar el intercambio internacional. Carlos Pérez, analista independiente, advirtió: “El boicot puede ser un arma de doble filo, generando divisiones en lugar de soluciones”.
El llamado a un boicot académico contra el genocidio en Gaza ha puesto de manifiesto la responsabilidad ética de las universidades en contextos de conflicto. Más allá de las posiciones a favor o en contra, este movimiento subraya la necesidad de reflexionar sobre el papel de la academia como un actor activo en la defensa de los derechos humanos y la justicia global.
Con acciones como las del Colmex y el respaldo de más de 1,500 académicos, el debate promete continuar, no solo en México, sino en universidades de todo el mundo.