1 octubre, 2024

 

El lunes 30 de septiembre, un día que marcará la historia reciente de México, fue el último en el que Andrés Manuel López Obrador ejerció como presidente de la República. Tras asumir el poder el 1° de diciembre de 2018, su mandato llegó a su fin en una jornada cargada de emociones y actividades simbólicas.

 

El día comenzó de manera habitual para el ahora exmandatario. A las 6 de la mañana, encabezó su última reunión de seguridad con el gabinete, seguido por su tradicional conferencia de prensa mañanera, la número 1,438 desde Palacio Nacional. En su intervención, López Obrador abordó varios temas de relevancia nacional, destacando la ayuda humanitaria para Acapulco tras el paso del huracán John, y firmó en vivo las reformas constitucionales sobre la Guardia Nacional y los pueblos indígenas como afromexicanos.

 

 

Uno de los momentos más emotivos de la conferencia fue cuando rifó su reloj entre los representantes de los medios, un gesto que fue recibido con entusiasmo. Además, el equipo de comunicación de la presidencia le rindió un homenaje con un video conmemorativo, seguido de una interpretación musical a cargo de un grupo veracruzano. Al final de la conferencia, López Obrador se tomó una foto grupal con los presentes, marcando el cierre de su etapa en las “mañaneras”.

 

La jornada continuó con un desayuno en Palacio Nacional, en el que estuvieron presentes miembros de su gabinete y los medios de comunicación, acompañados del personal de la presidencia. En este convivio, el presidente compartió momentos de cercanía y despedida antes de develar su retrato al óleo, que ahora forma parte de la Galería de los Presidentes en Palacio Nacional.

 

Más tarde, López Obrador se reunió con mandatarios de América Latina que asistieron a la ceremonia de toma de protesta de Claudia Sheinbaum Pardo, su sucesora. Entre conversaciones informales y agradecimientos, el expresidente compartió su visión de una Latinoamérica unida y los logros de su administración en áreas clave como la economía, la seguridad y la energía.

 

 

Finalmente, alrededor de las 5:40 de la tarde, el tabasqueño abandonó Palacio Nacional por última vez como presidente, dirigiéndose a su casa en Tlalpan, Ciudad de México. Según sus propias palabras, planea pasar unos días en la capital antes de retirarse a su hogar en Palenque, Chiapas, donde comenzará una nueva etapa de su vida lejos de la política.

 

Con este adiós, se cierra un capítulo importante en la política mexicana, dejando una huella imborrable en la historia contemporánea del país.