9 noviembre, 2024

 

En los mercados de abasto de Michoacán, el limón de Apatzingán y Buenavista, conocido por su calidad, está perdiendo popularidad entre los comerciantes y consumidores. El incremento en su precio ha provocado un descenso en las ventas y esto está afectando tanto a los vendedores como a los productores en la región.

 

La situación, que comenzó a agudizarse hace unas semanas, está generando una crisis en la cadena de suministro de este cítrico, que alguna vez fue uno de los más demandados en el estado.

 

Martín Rosales, un comerciante de limón en el mercado de abastos de Morelia, compartió que el precio del limón originario de Apatzingán ha subido considerablemente en las últimas dos semanas. “Es muy poco lo que se está ganando ahorita y es más lo que se está perdiendo, por eso muchos han dejado de meterlo (comprar y vender limón de Apatzingán)”, explicó Rosales, reflejando la frustración que sienten muchos de sus colegas.

 

 

El aumento del precio se atribuye, en parte, a las extorsiones que enfrentan los productores y empacadores en Apatzingán y Buenavista. Recientemente, presuntos grupos delictivos advirtieron que la cuota de extorsión aumentaría, lo que llevó a un paro en al menos 15 de las 32 empacadoras de limón en la región.

 

Esto ha afectado la oferta de limón en los mercados, obligando a los comerciantes a buscar alternativas en otras regiones de Michoacán y en el vecino estado de Colima. “El limón amarillo ahorita para mí ya es pérdida”, comentó Rosales, refiriéndose al cambio de color y sabor del fruto debido a la baja en las ventas.

 

Con la demanda disminuyendo, el limón no se vende a tiempo y termina cambiando de color, lo que lo hace menos atractivo para los consumidores. Ante esta situación, los comerciantes han tenido que devolver el producto a Apatzingán para que se extraiga el jugo en molinos especializados. Sin embargo, con los molinos cerrados debido a la misma problemática de inseguridad, las pérdidas se están acumulando.

 

 

El impacto de esta crisis ha llevado a que comerciantes, como Rosales, dejen de comprar limón de Apatzingán y Buenavista, optando por adquirir el cítrico de otras regiones menos afectadas. El sacerdote Gregorio López, conocido como “Padre Goyo”, ha señalado al edil de Apatzingán, José Luis Cruz, como responsable por su omisión ante los hechos que han paralizado el municipio. Por su parte, la Secretaría de Seguridad Pública ha informado que la Guardia Civil continúa operativa en la región, con un enfoque especial en las comunidades de Cenobio Moreno, Santa Ana Amatlán y Chandio.

 

Este escenario refleja la compleja interacción entre la economía local y la inseguridad, y cómo factores externos pueden desestabilizar mercados que, hasta hace poco, parecían inquebrantables. Los comerciantes michoacanos esperan que la situación se estabilice pronto, pero mientras tanto, el limón de Apatzingán y Buenavista se ha convertido en un lujo que pocos están dispuestos a pagar.