
La Sala Principal del recinto de mármol vivió una noche inolvidable con una ópera que explora la opresión, el deseo y la tragedia a través de la poderosa música de Shostakóvich.
El Palacio de Bellas Artes vibró con la obra Lady Macbeth de Mtsensk, ópera de Dmitri Shostakóvich, que marcó su esperada llegada a México. Un público entusiasta, compuesto por amantes de la ópera, estudiantes e interesados en la propuesta, se congregó en la Sala Principal para vivir la experiencia de la emblemática obra, que aborda temas como la pasión y la violencia en un desgarrador relato de opresión y deseo.
Estrenada en 1934 en la entonces Unión Soviética, la ópera se desarrolla en cuatro actos y explora la historia de Katerina, una mujer atrapada en un matrimonio de opresión, que busca un escape en los brazos de un amante; la trama se torna en un espiral de violencia y tragedia, y presenta un poderoso mensaje sobre la brutalidad patriarcal y las pasiones humanas desenfrenadas.
“Es una ópera que se tenía que ver en México”, comentó el director de escena, Marcelo Lombardero. “El tema de la violencia contra la mujer, la opresión y la lucha por el deseo son temas universales que siguen vigentes”.
Un público cautivado por las interpretaciones
Al caer el telón tras la primera función, los aplausos fueron contundentes, especialmente para la soprano Lada Kyssy, quien interpreta el rol de Katerina. La intensidad con la que Kyssy transmitió el sufrimiento y la transformación emocional de su personaje –desde la inocencia hasta la desesperación– fue considerada como profundamente conmovedora.
Un público de diversas edades se encontraba presente, desde expertos que conocían la obra hasta jóvenes que se acercaban por primera vez al mundo de la ópera.
“Fue una experiencia única”, comentó Naomi Santamaría, una asistente por primera vez a la ópera, quien se sintió especialmente atrapada por la interpretación de la soprano. “La obra toca temas muy relevantes al día de hoy, como la opresión de la mujer, su deseo extremo y la forma en que ese deseo la lleva a tomar decisiones radicales. La música, sobre todo, marcó un contraste impresionante con las emociones que se desbordaba en el escenario”.
Josué González, un profesor de ciencias de la salud, reflexionó sobre la relevancia de Lady Macbeth de Mtsensk: “Es impresionante cómo, a pesar de haber sido escrita hace tantos años, sus temas siguen siendo tan actuales. Habla de pasiones humanas, de decisiones que tomamos sin pensar en las consecuencias. Es un mensaje poderoso”.
A su vez, el estudiante de filosofía, Josep Mendoza, quien también se mostró cautivado por la obra, añadió: “Me fascinó la parte de la traición, cómo Katerina pasa de buscar amor a ser consumida por él hasta llegar a la violencia. Es algo que parece imposible, pero que en su desesperación es completamente entendible”.
La música de Shostakóvich, con su estructura apasionada y desgarradora, acompañó la obra con una intensidad tan grande que dejó al público en un completo silencio.
“La música refleja tan bien lo que está sucediendo en el escenario, que se vuelve imposible no sentirse atrapado en la tragedia que se despliega”, destacó Aitzane Guerrero, otra asistente, quien también subrayó cómo la ópera presenta a la mujer como víctima de sus pasiones y de un sistema que no la apoya.
La puesta en escena mantuvo la tensión narrativa en cada cambio de acto, mientras las y los cantantes se movían con gran destreza por el escenario, cuyas luces y sombras parecían jugar un papel tan importante como los propios intérpretes. La escenografía, diseñada por Diego Siliano, ofreció un ambiente sombrío y opresivo, a la altura de la historia que se relataba.
La obra fue bien recibida por la crítica y aclamada por los asistentes, y se destacó por su magnitud musical y la reflexión profunda que dejó sobre el papel de la mujer en una sociedad patriarcal.
Al finalizar la función, muchos asistentes comentaron la complejidad de la trama y el impacto que la historia dejó en ellos. “Nunca había estado tan cerca de una ópera tan emocional”, compartió Valeria Di Marques, quien había visto obras clásicas antes, pero nunca una tan potente en su mensaje y ejecución. “La historia es tan brutal, pero tan real. Nos recuerda lo que una mujer puede llegar a hacer cuando está completamente atrapada por sus pasiones.”
Entre los asistentes a la primera función, se contó con la presencia de la titular de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, Claudia Curiel de Icaza, y la directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), Alejandra de la Paz Nájera.
Lady Macbeth de Mtsensk continuará con sus presentaciones en el Palacio de Bellas Artes el 23, 25, 27 y 30 de marzo, los martes y jueves a las 20:00 h y domingos a las 17:00 h.