La crisis eléctrica en Cuba afectó a gran parte del país desde el pasado jueves, cuando una falla en la red nacional provocó cortes masivos de electricidad, pero el 89.3% de los habitantes de La Habana ya han recuperado el servicio, según la Empresa Eléctrica de la entidad, lo que representa a 769.810 clientes en 301 circuitos de la capital; sin embargo, varias provincias, principalmente en la región oriental, continúan sin luz debido a daños más severos en la red.
El apagón, que afectó a aproximadamente el 80% de la población cubana, es el resultado de una combinación de factores, entre ellos se encuentran problemas técnicos en las principales centrales eléctricas, una disminución en la generación de energía por la escasez de combustible y la falta de inversión en la infraestructura energética del país. Esta situación se agravó en las últimas décadas debido a las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos, que dificultan el acceso a partes y tecnología necesarias para el mantenimiento y modernización del sistema eléctrico.
Cuba depende en gran medida de la importación de combustible, principalmente de Venezuela, cuyo suministro ha sido irregular en los últimos años debido a su propia crisis política y económica. Aunque La Habana ha comenzado a recuperar el servicio, la crisis energética en el resto del país persiste y no hay una solución a corto plazo para los problemas estructurales que enfrenta el sistema eléctrico cubano.