Jennifer Lopez y Ben Affleck han iniciado un proceso de divorcio que promete ser complicado, no solo por la separación emocional, sino por las implicaciones financieras que conlleva. Tras dos años de matrimonio, la pareja, que no firmó un acuerdo prenupcial, podría enfrentarse a una intensa batalla legal para definir la distribución de sus bienes.
La noticia del divorcio se hizo pública el pasado 20 de agosto, cuando JLo presentó la demanda en el Tribunal Superior del Condado de Los Ángeles. La cantante y actriz indicó que la separación oficial ocurrió el 26 de abril de 2024. Este anuncio sorprendió a muchos, ya que la pareja había celebrado una lujosa boda en 2022, que había sido vista como el “reencuentro definitivo” de su amor.
Lo que ha captado la atención de los medios es el impresionante patrimonio neto de 640 millones de dólares que la pareja acumuló durante su relación. Sin un acuerdo prenupcial, las ganancias obtenidas durante los dos años de matrimonio se consideran “bienes mancomunados”, lo que significa que ambos tienen derecho a una parte de ellas.
Uno de los activos más destacados en disputa es su mansión en Beverly Hills, valorada en 68 millones de dólares, que ya está en proceso de venta. Además, según el medio “The Blast”, Jennifer Lopez podría reclamar hasta 150 millones de dólares del patrimonio de Affleck, especialmente después de que surgieran rumores de que la cantante percibió que su esposo se “aprovechó” de su riqueza.
Ambos artistas estuvieron activos en sus carreras durante su matrimonio, participando en diversas producciones cinematográficas y acuerdos comerciales, incluyendo un contrato multimillonario de JLo con Dunkin Donuts.
Con el proceso de divorcio en marcha, los detalles sobre cómo se resolverá la división de su fortuna están por verse, y seguramente generarán mucho interés en el público y los medios de comunicación.