La era de Javier Aguirre comienza de nuevo, marcando su tercera y desafiante etapa como entrenador de la Selección Mexicana. Conocido por su capacidad para rescatar equipos en momentos críticos, Aguirre ha sido llamado una vez más para evitar el caos y preparar un equipo sólido para el Mundial de 2026. “Es un orgullo estar con ustedes. Venir a mi país me reconforta. Cada vez que mi país me necesita, acudo con gusto. Es un orgullo que se piense en un proyecto de seis años”, declaró Aguirre, acompañado de Rafael Márquez, quien será su mano derecha.
Aguirre llega tras el despido de Jaime Lozano, quien no logró llevar al equipo más allá de la fase de grupos en la Copa América. Lozano había asumido el cargo tras la destitución de Diego Cocca, quien a su vez reemplazó a Tata Martino. Estos cambios reflejan la inestabilidad reciente en la Federación Mexicana de Fútbol (FMF).
“Creo mucho en el futbolista mexicano más allá de su edad. Creo en la calidad y en los procesos. No miro la edad, juega el que mejor esté“, afirmó Aguirre, sugiriendo que combinará juventud y experiencia en el equipo. Con el objetivo de rejuvenecer la selección, Aguirre se enfocará en formar un equipo competitivo para el Mundial de 2026, organizado en Estados Unidos, Canadá y México.
Rafael Márquez, ex capitán de la selección y una figura legendaria del fútbol mexicano, se unirá como asistente técnico. “Será hacer un máster con el mejor entrenador que ha tenido México. Tengo dos ilusiones muy grandes: ser seleccionador de México y regresar a Barcelona como entrenador algún día“, expresó Márquez. El plan de la FMF es que Márquez asuma la dirección técnica de la selección tras el Mundial de 2026.
Ivar Sisniega, presidente ejecutivo de la FMF, comentó sobre el nuevo proyecto: “El camino está trazado. Confío en mi trabajo y en mi cuerpo técnico. No es para nadie que los resultados mandan“, dijo Aguirre. Con Aguirre y Márquez al mando, México espera recuperar la confianza y construir un equipo que pueda sorprender en el próximo Mundial.
