19 septiembre, 2024

 

En Chalco, Estado de México, más de 600 familias de las colonias Jacalones 1 y 2, y Culturas de México, enfrentan una situación crítica tras cumplir 12 días sumergidos en aguas negras y pluviales. Esta emergencia comenzó el pasado 2 de agosto, cuando una fuerte tormenta provocó el colapso del Colector Solidaridad, un sistema de drenaje que debería haber evitado las inundaciones pero que, debido a la acumulación de basura en un tramo de 50 metros, se vio incapaz de desaguar el líquido acumulado en la vía pública.

 

Las consecuencias han sido devastadoras ya que muchas familias han perdido la totalidad de su patrimonio, salvando apenas algunos muebles y electrodomésticos que lograron subir a las azoteas de sus viviendas. El agua, contaminada y estancada, ha generado una serie de problemas de salud entre los habitantes, quienes reportan la aparición de ronchas, granos y problemas gastrointestinales.

 

 

Candelaria Martínez, una residente de 80 años de la colonia Jacalones 2, relata con tristeza cómo su familia ha comenzado a mostrar signos de afectaciones en la piel debido al contacto prolongado con el agua contaminada. “Todavía hay agua en mi casa, bastante cochinada, porque está saliendo lodo contaminado. A mi familia le están saliendo ronchitas en la piel, y a mí también”, comenta preocupada por el estado de salud de sus seres queridos.

 

Ante la gravedad de la situación, el alcalde de Chalco, Miguel Gutiérrez, desde hace días solicitó la declaración de estado de emergencia a las autoridades federales y estatales, pidiendo que se extienda por 60 días. La inundación no solo ha afectado la salud de los residentes, sino que ha paralizado sus vidas cotidianas. Muchos no pueden salir de sus hogares para trabajar, comprar alimentos o realizar sus actividades diarias.

 

En respuesta, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) activó el Plan DN-III-E para asistir a la población afectada, pero los vecinos denuncian que la ayuda no ha llegado a todos los damnificados, lo que ha generado una creciente desesperación. La preocupación aumenta con la posibilidad de que nuevas lluvias agraven la situación.

 

 

En la zona afectada, equipos de las dependencias locales, estatales y federales trabajan contrarreloj con camiones vactor, motobombas y equipo hidráulico para intentar reducir el nivel del agua; sin embargo, los avances han sido lentos y el temor de una nueva inundación sigue latente.

 

Las familias de Chalco hacen un llamado urgente a las autoridades de los tres niveles de gobierno para que aceleren las acciones de desalojo de agua y proporcionen el apoyo económico necesario para recuperar parte de lo perdido. Mientras tanto, la comunidad sigue en pie de lucha, esperando que la ayuda llegue a tiempo para evitar una tragedia mayor.