19 septiembre, 2024

 

El 12 de septiembre de 2024 marcó un día clave en la historia del desarrollo urbano de la Ciudad de México con el inicio de obras del primer proyecto de vivienda social en renta para jóvenes. Este proyecto, ubicado en el predio de Dr. Lavista 105, representa un hito en la política habitacional de la capital, ya que ofrece una solución accesible para miles de jóvenes que enfrentan dificultades para acceder a una vivienda digna en una de las ciudades más caras del país.

 

Durante el evento, el Jefe de Gobierno, Martí Batres Guadarrama, destacó la importancia de este proyecto como una medida contra la gentrificación y el desplazamiento de personas de bajos recursos, un problema que ha afectado a miles de familias y jóvenes en la Ciudad de México. “Este es un proyecto piloto, pionero, que beneficiará a jóvenes de entre 18 y 35 años. Se ofrecerán 158 viviendas en renta, con precios que oscilan entre 2 mil 500 y 5 mil pesos mensuales, dependiendo del ingreso de los beneficiarios”, explicó Batres.

 

El proyecto busca ofrecer una alternativa accesible en un entorno céntrico, con el objetivo de que los jóvenes puedan vivir cerca de sus lugares de trabajo o estudio, sin tener que desplazarse largas distancias desde la periferia.

 

Respuesta a la gentrificación y desplazamiento

El proyecto de vivienda social en renta para jóvenes surge en respuesta a las dinámicas de gentrificación que han encarecido el costo de la vivienda en muchas zonas de la Ciudad de México, particularmente en áreas céntricas como la Condesa, Roma y Coyoacán. “No podemos seguir permitiendo que el mercado expulse a las personas de más bajos recursos. La vivienda no puede ser vista como una mercancía, sino como un derecho humano fundamental”, afirmó Batres.

 

Este nuevo modelo de vivienda en renta, que además podrá ofrecer opción de venta en algunos casos, responde a la necesidad de crear alternativas habitacionales para sectores de la población que históricamente han sido excluidos, como los jóvenes y las familias de bajos ingresos.

 

 

El proyecto consta de 158 viviendas de entre 40 y 60 metros cuadrados, distribuidas en diferentes tipologías para adaptarse a las necesidades de los inquilinos. Se construirán 94 unidades de una habitación (40 m²), 54 de dos habitaciones (50 m²) y 10 de tres habitaciones (60 m²). Además, el edificio contará con diversas amenidades, como terrazas, patios interiores, ludoteca, área de teletrabajo, biblioteca, salón de usos múltiples, lavandería y comedor comunitario.

 

El director general de Servicios Metropolitanos (SERVIMET), Alan Aizpuru Akel, destacó que el proyecto fue diseñado por equipos propios del gobierno, sin necesidad de contratar a despachos externos, lo que permitió un proceso de diseño colectivo y participativo. “Este proyecto es un claro ejemplo de lo que significa un gobierno con acento social, que prioriza las necesidades de los ciudadanos por encima de los intereses comerciales”, señaló Aizpuru.

 

Además, el edificio estará ubicado en una zona bien conectada por transporte público, incluyendo estaciones de Metrobús, Metro y Ecobici, lo que facilitará la movilidad de los jóvenes que residan en

el lugar.

Reformas Legislativas para frenar la gentrificación

Martí Batres aprovechó el evento para recordar las reformas que se han impulsado en su administración para frenar el fenómeno de la gentrificación. “Hemos trabajado para regular el hospedaje a través de plataformas digitales como Airbnb, que han contribuido al encarecimiento de la vivienda en muchas zonas de la ciudad”, mencionó Batres. Estas reformas han establecido límites a los incrementos de renta y fomentado la construcción de vivienda pública para renta, como es el caso de este proyecto.

 

Además, el presupuesto destinado al Instituto de Vivienda de la Ciudad de México (INVI) fue incrementado en mil millones de pesos, pasando de 3 mil 700 a 4 mil 700 millones de pesos para 2024, con el objetivo de financiar más proyectos de vivienda social. “El acceso a la vivienda es un derecho, y estamos trabajando para garantizar que más personas puedan ejercerlo”, subrayó el Jefe de Gobierno.

 

Proyecto que marca el camino hacia el futuro

La vivienda social en renta no solo es un modelo innovador en la Ciudad de México, sino también una respuesta directa a las necesidades actuales de la juventud. Bianca Lizeth López, representante del colectivo juvenil Comuna Hogar, participó en el evento y señaló la importancia de este proyecto para los jóvenes que enfrentan dificultades para acceder a una vivienda adecuada. Este proyecto no solo responde a la necesidad de vivienda, sino que también redefine la forma en que habitamos nuestra ciudad. Queremos construir una ciudad diversa, inclusiva, donde los jóvenes no sean expulsados por no poder pagar una renta”, expresó López.

 

El proyecto es parte de una visión más amplia que busca transformar la política habitacional de la ciudad, generando más opciones de vivienda asequible y accesible para distintos sectores de la población. “Estamos construyendo una ciudad más justa, donde el derecho a la vivienda sea una realidad para todos, no solo para quienes tienen los recursos para comprar o rentar en zonas privilegiadas”, afirmó Batres.

 

Desafíos y futuro de la Vivienda Social

Si bien el inicio de este proyecto es un paso importante, los retos que enfrenta la Ciudad de México en materia de vivienda son significativos. La demanda de vivienda accesible sigue siendo alta, y muchos jóvenes y familias continúan viviendo en condiciones precarias o enfrentando largos desplazamientos diarios desde la periferia hacia sus lugares de trabajo o estudio.

 

Aun así, el Gobierno de la Ciudad de México, bajo la administración de Martí Batres, ha dejado claro su compromiso con la expansión de proyectos como este. “Este es solo el inicio. Vamos a seguir trabajando para que más jóvenes, madres solteras y familias trabajadoras puedan acceder a una vivienda digna cerca de sus empleos y servicios”, concluyó Batres.

 

 

Con este primer proyecto de vivienda social en renta para jóvenes, la ciudad da un paso firme hacia la construcción de un modelo urbano más inclusivo, donde el derecho a la ciudad y a la vivienda sean accesibles para todos, independientemente de su nivel económico. El desafío ahora será replicar y expandir estos proyectos para cubrir la creciente demanda de vivienda asequible en una de las ciudades más dinámicas y complejas de América Latina.