La inflación en México continúa desacelerándose y se ubica en 4.56% en la primera quincena de noviembre de 2024, según el informe más reciente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Este resultado representa una mejora respecto al 4.83% registrado en la segunda quincena de octubre y marca el nivel más bajo desde septiembre del mismo año.
El dato además, quedó por debajo de las expectativas de los analistas, quienes estimaban un 4.68% según la encuesta de Citibanamex. Este descenso refleja un panorama alentador para la economía del país, con una moderación tanto en el índice subyacente como en el no subyacente.
Detalles del informe
El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró un aumento de 0.37% respecto a la quincena anterior. Dentro de los componentes, la inflación subyacente, que excluye productos con precios más volátiles, se redujo a 3.58% anual, desde el 3.74% registrado en octubre. Este indicador es clave para evaluar la tendencia a largo plazo de los precios en la economía.
Por su parte, el índice no subyacente, que incluye bienes agropecuarios y energéticos, bajó de 8.2% a 7.64% anual, destacando la desaceleración en los precios de frutas, verduras y productos pecuarios.
¿Qué subió y qué bajó de precio?
Productos con mayor aumento de precio:
- Electricidad: 22.27%, influido por el fin del subsidio de tarifas de verano en 11 ciudades del país.
- Cebolla: 14.88%.
- Papaya: 15.83%.
- Transporte aéreo: 7.21%.
- Servicios profesionales: 8.13%.
Productos con reducción de precios:
- Calabacita: -14.17%.
- Limón: -11.48%.
- Cine: -7.29%.
- Aguacate: -5.14%.
- Zanahoria: -4.88%.
El comportamiento mixto de precios refleja tanto la estacionalidad como la recuperación de ciertos sectores productivos.
Expertos opinan: señal de alivio
Gabriela Siller, analista de Banco Base, destacó que este nivel de inflación es una buena noticia para las familias mexicanas y la estabilidad económica. “La moderación en los precios de mercancías y servicios básicos indica que las políticas monetarias están dando resultados. Esto podría generar un alivio en el poder adquisitivo de los consumidores”, señaló.
Por su parte, analistas de Citibanamex coincidieron en que la desaceleración es consistente con las expectativas de cierre de año. “Es probable que México cierre 2024 con una inflación en torno al 4.5%, lo que está en línea con la meta del Banco de México”, mencionaron.
Factores detrás de la desaceleración
La inflación ha disminuido en parte gracias a una estabilización en los precios internacionales de energéticos y alimentos, así como al control en los costos de servicios, pero el impacto estacional, como el fin del subsidio de tarifas eléctricas en ciertas regiones, sigue presionando algunos rubros.
Otro aspecto relevante es la estabilidad del tipo de cambio, que ha ayudado a contener el encarecimiento de productos importados.
Reto: mantener la tendencia a la baja
A pesar de las señales positivas, los analistas advierten que todavía hay riesgos que podrían presionar nuevamente la inflación en los próximos meses, como el comportamiento de los precios internacionales del petróleo, la volatilidad económica global y la dinámica de las tasas de interés.
El Banco de México, que ha mantenido una política monetaria restrictiva, podría considerar ajustes dependiendo de la evolución de la inflación en los próximos meses.
La reducción en la inflación se traduce en un ligero respiro para los consumidores, especialmente en los productos de la canasta básica. Aunque algunos bienes esenciales como la cebolla y la papaya subieron, la baja en otros como el jitomate, el limón y la calabacita equilibra los costos para las familias.
Además, los servicios como el transporte aéreo y el cine muestran tendencias mixtas, lo que indica que sectores específicos aún enfrentan retos para estabilizar precios.
Cierre de año prometedor
De cara al cierre de 2024, la tendencia a la baja en la inflación es un indicador alentador para la economía mexicana. Si se mantiene este ritmo, el país podría lograr niveles inflacionarios más cercanos a la meta del Banco de México, establecida en 3%.
El dato de inflación de 4.56% en la primera quincena de noviembre refuerza la percepción de que México avanza hacia una mayor estabilidad económica; no obstante, expertos llaman a la cautela, señalando que es necesario mantener políticas responsables para consolidar esta tendencia.
Como destacó Gabriela Siller: “Este es un paso importante, pero el reto está en garantizar que la desaceleración sea sostenible en el tiempo. Las autoridades deben seguir enfocadas en medidas que fortalezcan el poder adquisitivo y la competitividad de la economía”.
Con una inflación más controlada, las perspectivas para los consumidores y los mercados se tornan más optimistas, marcando un cierre de año con mayores oportunidades para la reactivación económica del país.