21 noviembre, 2024

Después de 35 año, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) enfrenta la posible pérdida de su registro como partido político. Esta situación proviene de los resultados obtenidos en las recientes elecciones federales, donde no alcanzó el umbral mínimo del 3% de votos ras el cómputo de votos, un requisito legal indispensable para mantener su registro.

 

Ante tal escenario, la Unidad Técnica de Fiscalización del Instituto Nacional Electoral (INE), envió un oficio al PRD notificando el inicio de la “etapa de prevención”, por una eventual liquidación de este partido. Esta medida preventiva restringe al partido a realizar únicamente gastos mínimos de preservación, incluyendo personal, impuestos, mantenimiento y servicios públicos, que deberán ser previamente autorizados por la misma unidad.

 

Al respecto, el PRD ha optado por la vía legal para tratar de revertir esta situación. La Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) tiene hasta el mes de agosto para resolver las impugnaciones presentadas por el partido, que  buscan revisar los cómputos distritales que podrían potencialmente aumentar su porcentaje de votos y salvar el registro del partido.

 

Mientras tanto, el PRD sigue recibiendo un financiamiento público considerable,  que asciende mensualmente a 39 millones 377 mil 785 pesos. Finalmente el partido enfrenta un futuro incierto en cuanto a la gestión de estos recursos, fondos que han sido esenciales para la operatividad del partido y ahora se encuentran bajo escrutinio como restringidos.

 

Frente al escenario adverso, la Comisión de Fiscalización del INE procederá a sortear de una lista de especialistas en concursos mercantiles, al que fungirá como liquidador del partido, en caso de que se confirme la pérdida del registro. Este paso es crucial y demuestra la seriedad y la proximidad de la posible disolución del PRD.

 

La posible desaparición del PRD reconfigurará el escenario político  y la representación de ciertos sectores de la sociedad.

 

Mientras el PRD navega por estas turbulentas aguas, sus líderes y simpatizantes esperan la resolución que definirá el futuro del partido y su lugar en la historia política de México. La decisión final del Tribunal Electoral será determinante en este proceso lleno de implicaciones legales, financieras y políticas.