Esta mañana un incendio sacudió la refinería de Pemex Ing. Antonio Dovalí Jaime, ubicada en Salina Cruz, Oaxaca. El incidente ocurrió en el área de efluentes de la planta, una de las principales instalaciones del complejo con una capacidad de 330,000 barriles diarios.
Tras la explosión, personal especializado en combate de incendios de Pemex arribó rápidamente al lugar para contener las llamas. En un comunicado, Pemex aseguró que el incendio estaba “controlado”, no obstante, un medio local publicó que si bien estaba contenido, aún no se había extinguido en su totalidad.
El siniestro no requirió evacuaciones de la planta, catalogándose como un “conato de incendio”, según datos proporcionados por Protección Civil de Oaxaca. Además no se reportan pérdidas humanas ni daños significativos, la respuesta eficiente evitó mayores riesgos para la seguridad del personal y de las instalaciones.
La refinería, considerada una de las más importantes de Pemex, es estratégica para la producción de derivados del petróleo en México. Incidentes como este subrayan la importancia de mantener estrictos protocolos de seguridad industrial, especialmente en instalaciones de alto riesgo.
Aunque Pemex no emitió declaraciones oficiales inmediatas sobre el incidente, el trabajo coordinado entre los cuerpos de emergencia y el personal capacitado permitió controlar rápidamente la situación, evitando mayores daños.
La vigilancia de las autoridades será clave en los próximos días para garantizar la transparencia en el manejo del incidente y la implementación de medidas correctivas.
Este tipo de acontecimientos subraya la importancia de invertir en tecnología y protocolos de seguridad para proteger tanto al personal como a las comunidades cercanas.
