21 noviembre, 2024

 

Un incendio en la torre de refrigeración de la central nuclear de Zaporiyia, ubicada en el sur de Ucrania y controlada por fuerzas rusas, ha provocado un nuevo incremento en las tensiones entre los gobiernos de Ucrania y Rusia. Ambas naciones se han culpado mutuamente del incidente, elevando el riesgo de una crisis nuclear en la región.

 

El gobierno proruso en la región de Zaporiyia, representado por Yevgeny Balitsky, afirmó que el incendio fue provocado por un bombardeo de las fuerzas armadas ucranianas en la ciudad de Energodar, donde se encuentra la planta. En contraste, el funcionario ucraniano Yevhen Yevtushenko sugirió que el incendio podría haber sido causado intencionalmente por las fuerzas rusas al encender grandes cantidades de neumáticos en las torres de refrigeración de la planta.

 

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, compartió un video que muestra humo saliendo de la torre de enfriamiento, y calificó el incidente como otro ejemplo de la manipulación de Rusia con la central nuclear para “chantajear” a Ucrania, Europa y al mundo entero. Zelenski subrayó que la situación no será normal mientras las fuerzas rusas mantengan el control de la planta, que es la más grande de Europa.

 

 

A pesar del incendio, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) informó que no se ha registrado ningún impacto en la seguridad nuclear ni cambios en los niveles de radiación en los alrededores; sin embargo, la preocupación persiste debido a que la planta, a pesar de tener sus seis reactores fuera de funcionamiento, sigue dependiendo de la energía externa para mantener el material nuclear frío y evitar un posible accidente.

 

El conflicto en Zaporiyia se enmarca en un contexto más amplio de intensificación de las hostilidades en la región. Ucrania ha lanzado una ofensiva en el territorio ruso de Kursk, que ha dejado miles de desplazados y ha obligado a Rusia a reforzar sus defensas. Mientras tanto, Bielorrusia, aliado de Rusia, ha enviado tanques a su frontera con Ucrania, aumentando la tensión en toda la región.

 

Con la situación en Zaporiyia todavía inestable y las tensiones entre Rusia y Ucrania en aumento, la comunidad internacional sigue vigilando de cerca cualquier desarrollo en esta crítica central nuclear, conscientes del potencial riesgo que representa para la seguridad global.