5 noviembre, 2024

 

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha lanzado un llamado a los países de América Latina para que aumenten los impuestos al tabaco, con el fin de reducir el consumo en una región con alta prevalencia de tabaquismo. Según el informe Tributación del tabaco en América Latina y el Caribe, muchos países todavía tienen margen para incrementar los gravámenes sobre productos de tabaco, una medida que, según la organización, podría salvar miles de vidas.

 

En 2021, más de 350,000 personas murieron en la región debido al consumo de tabaco y la exposición al humo. Además, se estima que 40% de los casos de cáncer en las vías respiratorias están directamente relacionads con el tabaquismo, lo que representa no solo un impacto devastador en la salud pública, sino también en los sistemas de salud, que deben enfrentar altos costos.

 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que el impuesto al tabaco alcance al menos el 75% del precio de venta del producto, pero en muchos países de América Latina, este porcentaje está por debajo. En México, por ejemplo, el tabaquismo es responsable de 173 muertes diarias y afecta a 14 millones de personas. Los costos médicos asociados al tabaquismo pueden llegar a representar hasta 1.5% del PIB anual en varios países de la región.

 

Además, los impuestos al tabaco solo generan, en promedio, el 0.5% de la recaudación fiscal en América Latina y el Caribe, muy por debajo de los gastos médicos anuales atribuibles a enfermedades relacionadas con el tabaco. Esto refleja la urgencia de una reforma impositiva que no solo eleve el precio de los cigarrillos, sino que también incluya productos novedosos, como los cigarrillos electrónicos, que en muchos casos no están gravados adecuadamente.

 

La OCDE también destaca que un aumento en los impuestos ayudaría a que los precios disuadieran a los consumidores jóvenes, quienes suelen ser el grupo más vulnerable a la publicidad de productos de tabaco novedosos. Además, este incremento en los precios podría destinarse a programas de salud pública enfocados en la prevención y tratamiento de enfermedades relacionadas con el tabaquismo.

 

Los estudios señalan que un incremento del 10% en el precio del tabaco puede reducir su consumo en un 4% en países de ingresos medios y bajos. Así, esta medida se presenta como una de las más efectivas para combatir el tabaquismo y reducir los gastos médicos, mejorando al mismo tiempo los ingresos fiscales para programas sociales en beneficio de la población.