La magia navideña está a punto de invadir el Zócalo de la Ciudad de México con un alumbrado monumental que año con año, sorprende a miles de capitalinos y turistas. Desde hace un mes, un equipo de 110 trabajadores de la Secretaría de Obras y Servicios se dedica a crear las impresionantes piezas que adornarán el corazón de la ciudad. Este año, la estrella de la decoración será una corona monumental de 16 metros de diámetro y tres toneladas de peso, que se erige como el principal atractivo del alumbrado.
El proceso de creación de estas piezas, que incluyen figuras de nochebuenas, piñatas y estrellas, es una obra artesanal que combina experiencia y dedicación. Alberto González, diseñador de Alumbrado Decorativo, comparte con orgullo: “Me siento honrado con cada diseño que se presenta. Ver una idea plasmada en papel transformada en una obra de arte es muy satisfactorio”. Los trabajadores, desde herreros hasta electricistas y estructuristas, han transformado la luz en un verdadero arte decorativo.
El alumbrado navideño de la capital comenzó en la década de los 60 y ha evolucionado con el tiempo, adaptándose a las nuevas tecnologías. Hoy en día, los tradicionales focos incandescentes han sido reemplazados por lamparas LED más eficientes, y los diseños que antes se hacían a mano ahora se elaboran con programas de cómputo. A pesar de estos avances tecnológicos, el trabajo sigue siendo artesanal, con cada estructura de acero armada a mano y cada escarcha y festón tejida cuidadosamente entre las varillas.
Este año, el alumbrado contará con cuatro conjuntos monumentales que iluminarán los edificios del Zócalo. Entre ellos destaca la corona monumental, con 6,000 lámparas, que se colgará sobre la Avenida 20 de Noviembre. También se instalarán dos mosaicos luminosos, uno en el cruce de Reforma e Insurgentes y otro en el Ángel de la Independencia, además de un pasacalle de guirnalda roja y blanca con caramelos que adornará la zona.
Para la creación de estos adornos se han utilizado 12,000 focos LED, 24,000 metros de manguera luminosa y 6,000 kilos de varilla. En un esfuerzo por ser más sostenibles, muchos de estos materiales han sido reutilizados de años anteriores, demostrando un compromiso con el cuidado del medio ambiente.
Fernando Cervantes, dibujante estructurista, recuerda con emoción sus 38 años de experiencia en este proyecto. “Ver los comentarios positivos de la gente me da gusto”, expresa mientras asegura que cada día, al encender el alumbrado, siente una profunda satisfacción al ver la reacción de los ciudadanos. Laurencio Waldo, jefe de la Unidad de Alumbrado Decorativo, también destaca: “Cada vez que el alumbrado se enciende, la reacción del público nos llena de orgullo”.
Con cada pieza montada y cada luz encendida, los trabajadores del alumbrado decorativo siguen demostrando que, más allá de un trabajo técnico, están contribuyendo a crear momentos de magia y alegría para todos.