15 noviembre, 2024

 

El huracán “Rafael”, actualmente categoría 2 en la escala Saffir-Simpson, continúa su desplazamiento por el Golfo de México. A pesar de mantenerse a cierta distancia de la costa, el fenómeno provoca fuertes lluvias en Campeche, Quintana Roo y Yucatán, así como ráfagas de viento que llegan hasta los 60 kilómetros por hora. El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) informó que, debido a su trayectoria y características, el huracán no se espera que toque tierra, pero su cercanía genera condiciones adversas en varias zonas de la región.

 

“Rafael” se encuentra a 330 kilómetros al nor-noroeste de Río Lagartos y a 365 kilómetros al nor-noreste de Progreso, Yucatán. Mantiene vientos máximos sostenidos de 175 kilómetros por hora y rachas de hasta 215 kilómetros por hora. Avanza hacia el oeste a una velocidad de 15 kilómetros por hora, lo cual favorece el incremento de oleaje en la región, alcanzando alturas de entre 1.5 y 2.5 metros.

 

El SMN ha señalado que las lluvias podrían causar encharcamientos en zonas bajas, por lo que se exhorta a la población a tomar precauciones. La Comisión Nacional del Agua (Conagua) y las autoridades de Protección Civil recomiendan a residentes y turistas mantenerse informados y seguir todas las indicaciones de seguridad. Asimismo, se advierte a la navegación marítima que evite transitar por áreas de alto riesgo hasta nuevo aviso.

 

De acuerdo con las proyecciones, “Rafael” podría debilitarse en los próximos días, convirtiéndose en Depresión Tropical hacia el martes 13 de noviembre, mientras se mantiene en aguas del Golfo. Aunque no se espera que toque tierra, su impacto indirecto seguirá sintiéndose en las costas de la península.

 

Ante este escenario, las autoridades locales han reforzado las labores preventivas y reiteran a la ciudadanía la importancia de no bajar la guardia hasta que las condiciones meteorológicas mejoren. Para quienes se encuentren en áreas afectadas, se recomienda tener a la mano un plan de emergencia, contar con suministros básicos y seguir las actualizaciones del SMN y de Protección Civil para evitar cualquier riesgo.

 

Este monitoreo constante es parte de los esfuerzos para garantizar la seguridad de la población ante la fuerza de la naturaleza, que en esta ocasión afecta sin un impacto directo en tierra, pero con efectos significativos en el clima de la región.