
Un estudio realizado por expertos de la Clínica del Sueño de la UNAM establece que las personas con problemas de insomnio hacen uso irracional de medicamentos.
En México el 18.8 por ciento de los adultos mayores de 20 años padecen insomnio. Es el trastorno del sueño más común e implica que varios millones presentan dificultad para retomarlo y dormir, o al menos tener una cantidad mínima aceptable de descanso, la cual debe ser de seis horas por noche.
Publicación en la revista Pharmacy, se dio seguimiento a 89 pacientes adultos con diagnóstico de insomnio crónico que habían consumido medicamentos para este desorden durante los 12 meses previos a su ingreso a la Clínica, de los cuales se recopiló información sobre patrones de utilización de medicamentos y uso irracional, considerando indicaciones terapéuticas, dosis, vía de administración y duración del tratamiento.
En ocasión del Día Mundial del Sueño, que se celebra el 14 de marzo, explica: aunque la mayoría los recibió vía receta médica, para muchos el fármaco no era apropiado para tratar su enfermedad, por lo que debería ser obligatorio que tengan atención médica especializada.
Jiménez Correa agrega que entre el insomnio, el ronquido y las apneas la gente tiene mala calidad de sueño, lo que baja su calidad de vida y provoca síntomas de ansiedad y depresión, primordialmente.
A corto plazo produce fatiga diurna, irritabilidad, disforia, tensión y depresión situacional; a largo plazo aumenta la probabilidad de depresión, disminución del estado de ánimo, tendencia a enfadarse, mala memoria, fatiga o consecuencias aún más graves como mayor riesgo de complicaciones fatales (por ejemplo, hipertensión), interferencia con el rendimiento laboral y somnolencia al conducir.
Sin embargo, hasta 85 por ciento de los pacientes con insomnio crónico nunca son identificados porque diversas alteraciones del sueño están relacionadas con otras condiciones psicológicas o físicas existentes. Por esta razón a menudo no se trata o se atiende de forma inadecuada, lo que provoca que continúe y empeore.
El especialista de la Clínica del Sueño de la UNAM destaca que los principales factores que dificultan dormir son el exceso de iluminación artificial –primordialmente de la televisión, computadoras y celulares–, ya que evita que el cerebro produzca melatonina y sin la cual es difícil dormir adecuadamente. Otros son vida sedentaria y mala alimentación, lo que también incrementa problemas de obesidad, diabetes e hipertensión.
Recuerda que durante la pandemia se registró un problema de síndrome de fase atrasada de sueño cuando niñas, niños, adolescentes y adultos no tenían horarios fijos para levantarse, pero una vez que se regresó a las actividades normales, se corrigió.
El Día Mundial del Sueño fue establecido en 2008 por la Sociedad Mundial del Sueño (WSS, por sus siglas en inglés), con el objetivo de avanzar en la salud en la materia a nivel mundial, enfrentando la epidemia global de somnolencia e insomnio.