5 julio, 2024

‏En el último día del juicio que decidirá si Google actúa como un monopolio ilegal, las tensiones fueron palpables entre los abogados de la compañía y del gobierno de Estados Unidos. Este proceso, que se ha extendido desde septiembre, podría marcar un precedente significativo para el futuro de Internet.

 

Durante la sesión, el Departamento de Justicia de EE. UU. argumentó que Google ha invertido más de 20 mil millones de dólares anuales para asegurar su dominio en el mercado, eliminando a la competencia mediante acuerdos exclusivos con empresas como Apple. Estos contratos hacen que Google sea el motor de búsqueda predeterminado en dispositivos cruciales como los iPhone y ordenadores con navegador Safari.

 

Datos revelados en el juicio indican que, solo en 2022, Google desembolsó 20 mil millones de dólares para mantener su buscador como la opción predeterminada en los productos de Apple, así como en dispositivos Android y el navegador Mozilla. Esta estrategia ha llevado a Google a dominar no solo el mercado de navegadores, sino también la publicidad en estos servicios, lo que le permite, según el Departamento de Justicia, establecer precios artificialmente altos para los anunciantes.

 

David Dahlquist, representante del Departamento de Justicia, señaló que los ingresos por publicidad son el núcleo del poder monopólico de Google. A pesar de estas acusaciones, John Schmidtlein, defensor de Google, contraargumentó que los ingresos publicitarios de la empresa han disminuido debido a la competencia de plataformas como TikTok, Facebook e Instagram. Además, sostuvo que los usuarios prefieren Google y podrían cambiar de buscador fácilmente si así lo desearan.

 

Testimonios de empresas como Apple subrayaron que la elección de asociarse con Google se debe a la superioridad percibida de su buscador. El juez Amit P. Mehta, encargado del caso, no ha fijado aún una fecha para dictar sentencia, lo cual podría tardar varios meses.

 

Este juicio, iniciado durante la administración de Donald Trump y heredado por Joe Biden, refleja un escrutinio continuo hacia las prácticas de Google, cuyo control del mercado de búsqueda alcanza el 90% en Estados Unidos y el 91% a nivel mundial según Similarweb.