El Gabinete de Seguridad Nacional en coordinación con la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, la Secretaría de Seguridad mexiquense y la Dirección General de Seguridad Ciudadana y Tránsito Municipal de Ecatepec, realizaron acciones operativas y cateos autorizados por el Poder Judicial del Estado de México, desde las primeras horas de este día, en la principal “zona de control” del grupo autodenominado “Los 300” y/o “Unión 300”, ello con el fin de recuperar inmuebles que fueron objeto de despojo y posteriormente utilizados para la comisión de delitos como extorsión, secuestro exprés y narcomenudeo.
Las acciones operativas derivadas de la “Estrategia Nacional Contra la Extorsión” y de la iniciativa federal de “Mando Coordinado”, se llevaron a cabo en el Fraccionamiento Héroes Ecatepec.
En ese lugar, que cuenta con una población de más de cinco mil habitantes, el grupo criminal controlaba los accesos impidiendo patrullajes de seguridad, la incursión de corporaciones policiacas y de procuración de justicia, lo que generó que en su interior se incrementaran actividades ilícitas que no eran denunciadas por los legítimos habitantes por temor a represalias.
El conjunto habitacional fue tomado por el grupo autodenominado “Los 300” como su principal centro de presencia, reunión y planeación de hechos delictivos. El 18 de agosto pasado, ocurrió un enfrentamiento entre integrantes de este grupo con elementos de la policía de Ecatepec, durante el cual, se registró la muerte de un masculino por disparo de arma de fuego.
Actos de investigación e inteligencia realizados por el Gabinete de Seguridad Nacional y la Fiscalía del Estado de México, establecieron que el modus operandi de “Los 300” y/o “Unión 300”, era identificar a sus víctimas, principalmente personas en condiciones de vulnerabilidad, posteriormente grupos de más de 20 personas acudían de manera agresiva al inmueble e ingresaban violentando las puertas de acceso, amagaban a los ocupantes con armas de fuego y en algunos casos los golpeaban para despojarlos de su residencia.
Otra forma de operar era cuando identificaban casas habitación desocupadas, ante ello, grupos de más de 10 personas ingresaban de manera furtiva violentando las chapas de acceso.
Una vez que se apoderaban ilícitamente del inmueble, realizaban exigencias de dinero a las víctimas a cambio de devolverles sus propiedades, permitirles ingresar a ellas o arrendarlas, sin embargo, a pesar del pago extorsivo, mantenían ocupado el lugar y las amenazaban con causarles daño en caso de que intentaran recuperarlo y denunciar los hechos.
El control que llegó a ejercer el grupo criminal en este fraccionamiento, fortalecido con la protección que les dio la autoridad municipal durante administraciones pasadas, les permitió instalar filtros de acceso y salida, imponer cuotas a los habitantes y obligarlos a afiliarse a su organización ya que, en caso de negarse, les restringían el acceso y los despojaban de su vivienda.

