5 noviembre, 2024

 

El Congreso de la Unión marcó un hito al aprobar la reforma de “supremacía constitucional”, que establece la inimpugnabilidad de las reformas a la Constitución mediante juicios de amparo, controversias u otros recursos legales. Esta medida, validada por la Cámara de Diputados y posteriormente ratificada por el Senado en un proceso legislativo acelerado, consolidó la modificación de los artículos 105 y 107 de la Carta Magna. Este cambio ya ha sido publicado en el Diario Oficial de la Federación, garantizando que desde el 1° de noviembre de 2024, las enmiendas constitucionales serán intocables por recursos judiciales.

 

Proceso acelerado y controversial

La sesión en la Cámara de Diputados duró apenas 15 minutos y contó con una asistencia de 253 legisladores de Morena y sus aliados, el número mínimo necesario para alcanzar quórum. La ausencia de los grupos parlamentarios de PAN, PRI y MC, quienes anunciaron que no participarían para “no convalidar” la reforma, mostró una clara división política. Entre los mismos legisladores de Morena hubo 59 ausencias, entre ellas las de figuras destacadas como Rocío Abreu, Olga Sánchez Cordero e Ignacio Mier.

 

El coordinador de Morena en la Cámara, Ricardo Monreal Ávila, subió a la tribuna para resaltar la trascendencia de esta enmienda, describiéndola como “la reforma más profunda en 200 años de vida constitucional en el país.” Para Monreal, esta medida busca consolidar el poder legislativo, reafirmando que las reformas constitucionales no pueden ser revocadas por jueces. En un mensaje a los diputados de su bancada, Monreal afirmó: “Lo que hicimos fue reafirmar lo que la Constitución ya dice sobre la inimpugnabilidad.”

 

Declaratoria en el Senado: Marcado por enfrentamiento

El Senado se reunió poco después para dar también su declaratoria de validez. Al igual que en la Cámara de Diputados, la sesión estuvo marcada por intensos enfrentamientos entre Morena y la oposición. El líder del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, se subió al presídium para exigir que se permitiera a la oposición hablar sobre la reforma, acción que derivó en un enfrentamiento verbal con el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña. En medio del intercambio de palabras, Noroña le advirtió: “¡No me grites!” y “No me toques,” mientras que Moreno le respondió con un retador “Date a respetar.”

 

La sesión subió de tono cuando otras senadoras de Morena, como Judith Díaz, se unieron a la tribuna en medio de jaloneos y codazos. La tensión continuó con Moreno acusando al grupo de la 4T de haber logrado la mayoría calificada “llevándose a dos senadores del PRD y amenazando a otros”.

 

Adán Augusto López Hernández, coordinador de Morena en el Senado, respondió a las críticas, defendiendo la reforma como una herramienta histórica. “El Senado ha concretado el viejo anhelo de Mariano Otero, quien defendió que México debe ser gobernado por el pueblo, no por jueces,” señaló.

 

Publicación Inmediata en Diario Oficial de la Federación

Horas después de la sesión, la Presidencia de la República publicó la reforma en la versión vespertina del Diario Oficial de la Federación, asegurando su entrada en vigor al día siguiente. Este movimiento rápido fue aplaudido por los legisladores de Morena, quienes celebraron la conclusión de un proceso que tomó menos de 24 horas en pasar por ambas cámaras del Congreso y 23 congresos estatales, asegurando así su validez.

 

Verónica Camino, secretaria de la mesa directiva del Senado, enumeró los 23 congresos estatales que aprobaron la reforma en un tiempo récord, incluyendo Baja California, Guerrero, Puebla, la Ciudad de México, entre otros. Con esta validación, la reforma superó el mínimo requerido de 17 congresos estatales, permitiendo la declaratoria oficial.

Posturas y reacciones de la oposición

La oposición ha sido una voz crítica en torno a esta reforma. La senadora Claudia Anaya, del PRI, argumentó que el proceso estuvo “lleno de irregularidades” y lamentó que se le negara el uso de la palabra durante la sesión. Su colega y coordinador, Manuel Añorve, describió la reforma como la “Ley de Herodes,” y comentó que para quienes se oponen a esta medida es “o te chingas o te jodes,” frase que fue ampliamente replicada en redes sociales y medios.

 

Alejandro Moreno, conocido como “Alito,” arremetió nuevamente desde su escaño, calificando la reforma como “un atropello a la Constitución” y acusando a Morena de corrupción. López Hernández, de Morena, respondió afirmando que el PRI y la oposición quieren mantener un sistema legal que proteja sus intereses económicos y políticos, calificando a Moreno como “el enterrador del PRI.”

 

Implicaciones de la Reforma: ¿Qué Cambia para México?

La entrada en vigor de la reforma de “supremacía constitucional” representa un cambio significativo en el equilibrio de poderes en México. A partir de ahora, el Poder Judicial verá limitadas sus atribuciones para intervenir en modificaciones constitucionales, quedando el Poder Legislativo y el Ejecutivo como los máximos responsables de estas reformas.

 

La medida ha despertado preocupación en sectores que ven en ella un intento por restringir los mecanismos de defensa ciudadana y el sistema de contrapesos, aunque sus defensores sostienen que garantiza un marco institucional más sólido para las reformas de alto impacto.

 

El  diputado Monreal enfatizó que el juicio de amparo y otras instituciones de control constitucional seguirán vigentes, aunque con un alcance limitado para cuestionar reformas constitucionales. “Frente al abuso de la toga, la ley; frente al abuso del juez, la Constitución,” exclamó Monreal durante la sesión, subrayando la necesidad de “proteger al país” de lo que considera un uso indebido de los amparos y otros recursos por parte de algunos jueces.

 

Relevancia Histórica: Mariano Otero y la Inspiración para la Reforma

Adán Augusto López Hernández recordó que esta reforma responde a un viejo anhelo de Mariano Otero, el jurista que defendió la Ley de Amparo en el siglo XIX, quien sostenía que en México debía imperar el gobierno del pueblo por encima de la intervención judicial. Para López Hernández, esta reforma es “fundamental para la historia jurídica del país,” ya que asegura que las decisiones del Congreso no puedan ser anuladas por jueces.

 

La reforma de “supremacía constitucional” marca un antes y un después en la historia legislativa de México. Sus efectos, aunque inmediatos en términos legales, presentan un reto mayor para el equilibrio de poderes en el país, cuestionando los límites de la independencia judicial y la autoridad del Legislativo y Ejecutivo. El debate continúa, y mientras la reforma se consolida, los próximos meses serán cruciales para definir el rumbo del sistema jurídico y el acceso a recursos de defensa constitucional en México.

 

Esta medida, que sus defensores consideran un avance hacia un sistema de justicia “auténtico y libre de injerencias,” también enfrenta un fuerte escrutinio por parte de quienes advierten sobre el potencial debilitamiento de los derechos y libertades ciudadanas. En una democracia donde los contrapesos son esenciales, esta reforma será observada de cerca por actores políticos, organizaciones de derechos y la sociedad en general, en un momento en el que el futuro de los derechos constitucionales de los mexicanos está en juego.