21 noviembre, 2024

 

En la Ciudad de México, el sistema de transporte concesionado sigue siendo un pilar fundamental en la movilidad urbana, realizando 11.5 millones de viajes diarios de lunes a viernes a través de microbuses y unidades tipo hombre-camión, pero su sostenibilidad está en juego y se requieren cambios estructurales urgentes para mejorar su operación y financiar su modernización. Esto fue enfatizado por Nicolás Rosales Pallares, presidente de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM), durante el 30 Encuentro Nacional de Autoridades de Movilidad (ENAM).

 

Rosales Pallares destacó la necesidad de involucrar a todos los actores del sector en la creación de instrumentos de financiamiento e incentivos fiscales. “Si queremos realmente cambiar la ruta del transporte público, tenemos que replantear nuevos modelos de negocio, de operación y de financiamiento”, afirmó.

 

Actualmente, el 8 por ciento del gasto del Gobierno de la CDMX en movilidad se destina al transporte público concesionado, a pesar de que este sistema moviliza al 75 por ciento de los usuarios; en contraste, el 92 por ciento del presupuesto se dirige a organismos gubernamentales, lo que refleja una inequidad en la asignación de recursos.

 

La situación del hombre-camión es crítica, ya que su único ingreso proviene de las tarifas que cobran a los usuarios.“No tiene ningún tipo de apoyo o subsidio; no es sujeto de crédito o financiamiento; no cuenta con planes de inversión”, explicó Rosales. Esto crea un entorno desfavorable para la renovación de unidades y la adopción de nuevas tecnologías, el ementos esenciales para un servicio de calidad y eficiente.

 

Rosales también advirtió que el equilibrio financiero para los concesionarios puede volverse complicado si los ingresos generados no cubren los costos operativos y de mantenimiento. La falta de recursos para la modernización del transporte no solo afecta a los operadores, sino también a la calidad del servicio que reciben los usuarios.

 

El presidente de la AMTM concluyó que, al invertir en el transporte público, se genera un impacto positivo en la economía nacional, estimando que por cada dólar invertido, se generan cuatro dólares en beneficios. Para construir un futuro más sostenible para las ciudades, es esencial priorizar el fortalecimiento del transporte concesionado, garantizando así su viabilidad y eficiencia. En este sentido, se espera que las autoridades reconsideren la distribución de recursos y apoyen la transformación del sistema de movilidad en la capital del país.