Willie Mays, conocido como “Say Hey Kid”, comenzó su carrera profesional en 1951 con los Gigantes, entonces con sede en Nueva York. En su temporada de debut, deslumbró con 20 jonrones, lo que le valió el premio a Novato del Año. Tres años después, realizó una de las jugadas más memorables de la historia del béisbol, conocida como “The Catch”, durante la Serie Mundial de 1954, que ayudó a los Gigantes a derrotar a los Indios de Cleveland.
Mays jugó la mayor parte de su carrera con los Gigantes, tanto en Nueva York como en San Francisco, y se retiró en 1973 después de una temporada final con los Mets de Nueva York. A lo largo de su carrera, acumuló impresionantes estadísticas: 660 jonrones, sexto en la lista de todos los tiempos de la MLB; 2,068 carreras anotadas; 1,909 carreras impulsadas y 3,293 hits. Fue invitado 24 veces al Juego de Estrellas y ganó dos premios al Jugador más Valioso.
El presidente de los Gigantes, Greg Johnson, destacó la profunda influencia de Mays no solo en el béisbol, sino también en el tejido de la sociedad estadounidense. “Hemos perdido a una verdadera leyenda. Willie Mays fue una inspiración y un héroe que siempre será recordado y extrañado profundamente“, comentó.
El comisionado de las Grandes Ligas, Rob Manfred, también elogió a Mays, resaltando su impacto en generaciones de jugadores y fanáticos. “Willie Mays tuvo una velocidad y poder extraordinarios, además de ser un excelente fildeador y bateador de contacto“, dijo Manfred.
El legado de Willie Mays perdura, no solo por sus logros en el campo, sino también por su capacidad para inspirar y unir a personas de todas las edades. Su fallecimiento es una gran pérdida para el mundo del deporte, pero su memoria vivirá en los corazones de los aficionados al béisbol en todo el mundo.
