14 noviembre, 2024

 

En un nuevo caso que apunta a la ola de violencia en Sinaloa, el ex policía ministerial Dimas Díaz Ramos, alias “El Dimas” o “El Delta”, fue encontrado muerto  a las afueras de Culiacán. Díaz Ramos, de 50 años, era conocido en los círculos judiciales y de seguridad por su presunta participación en la planeación de un atentado contra el expresidente Felipe Calderón en 2009, un acto que, según informes de la Policía Federal en ese momento, habría sido en represalia por los operativos de Calderón contra el Cártel de Sinaloa.

 

La Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa confirmó el hallazgo y la identidad del exagente, señalando que el cuerpo fue encontrado envuelto en una lona plástica en la carretera Culiacán-Sanaloa, cerca del panteón de El Carrizalejo. La muerte de Díaz Ramos plantea interrogantes tanto por su historia criminal como por las circunstancias en las que fue liberado tras ser arrestado en 2009. Los familiares identificaron su cuerpo en el Servicio Médico Forense el viernes, un día después del hallazgo.

Perfil de “El Dimas” y su pasado en la policía

Díaz Ramos ingresó en la Policía Ministerial del Estado de Sinaloa en 1995, donde permaneció hasta 2001, cuando decidió solicitar su baja voluntaria. Durante su tiempo como agente, mantuvo un perfil bajo hasta su arresto en 2009, cuando fue detenido junto a otros cuatro sospechosos bajo la acusación de conspirar para un ataque contra el entonces presidente Felipe Calderón.

 

Según las autoridades, Díaz Ramos estaba vinculado con el Cártel de Sinaloa, ocupando un papel operativo importante en el tráfico de drogas en diversas rutas que incluían estados como Michoacán, Colima, Nayarit, Sinaloa, Baja California Sur, Baja California y Sonora, con destino final en la frontera estadounidense.

 

Los operativos en su contra incluyeron el decomiso de armas de fuego, y aunque en aquel momento se manejó la hipótesis del atentado contra Calderón, los detalles del supuesto plan nunca se hicieron públicos. Tras su detención, fue enviado al penal del Altiplano, una cárcel de máxima seguridad; sin embargo, en algún momento posterior fue liberado, aunque los registros de su liberación no son claros ni públicos.

 

El secretario de Seguridad Pública de Sinaloa, Genaro Mérida Sánchez, confirmó la identidad de Díaz Ramos tras una revisión de sus antecedentes en Plataforma México. Mérida señaló que, aunque el cuerpo de “El Dimas” presentaba heridas visibles, hasta ahora no se tiene información sobre un posible enfrentamiento antes de su muerte. Al ser cuestionado sobre las circunstancias que rodearon su liberación, el secretario indicó que se iniciarán investigaciones para esclarecer su historial judicial.

 

La muerte de Díaz Ramos abre un debate sobre los desafíos de seguridad en Sinaloa y la infiltración de exagentes en las redes del crimen organizado. Diversos analistas de seguridad han señalado que la reincorporación de exagentes en actividades delictivas es un problema que afecta a muchos estados, y Sinaloa no es la excepción.

 

La trayectoria de Díaz Ramos refleja cómo el involucramiento de agentes de seguridad en redes delictivas complejiza la lucha contra el narcotráfico, ya que estos exfuncionarios conocen de primera mano los procedimientos y recursos que emplea el Estado.

 

Contexto de violencia en Sinaloa

Este hecho ocurre en un periodo marcado por una creciente violencia en Sinaloa, donde los homicidios y ajustes de cuentas entre grupos delictivos han mantenido a las autoridades en constante alerta. La Secretaría de Seguridad Ciudadana y el gobierno de Sinaloa han implementado operativos especiales en varias zonas conflictivas, aunque el impacto ha sido limitado ante la presencia y el poderío del crimen organizado en el estado. La presencia de cadáveres envueltos y dejados en carreteras o zonas rurales se ha vuelto, lamentablemente, común en el último año.

 

Según cifras de la SSP, los municipios de Culiacán, Mazatlán y Navolato han registrado los mayores índices de violencia, especialmente en áreas rurales donde se considera que operan los cárteles de droga. Las autoridades de seguridad del estado han señalado que el trabajo de coordinación con la Guardia Nacional y el Ejército es fundamental para mantener la vigilancia y protección en zonas de alta criminalidad.

 

Reacciones y contexto político

El asesinato de Díaz Ramos ha provocado una serie de reacciones en el ámbito político y social. Diversas organizaciones han llamado al gobierno federal a replantear su estrategia de seguridad en estados como Sinaloa, donde los grupos del crimen organizado tienen una presencia histórica. Los analistas han subrayado la importancia de la prevención y el seguimiento de exfuncionarios de seguridad que abandonan sus puestos para evitar que se sumen a actividades delictivas, como parece haber ocurrido en el caso de Díaz Ramos.

 

Por su parte, políticos de la oposición han señalado la falta de claridad en la liberación de Díaz Ramos y la opacidad en el manejo de casos de alto perfil como el suyo. Para algunos líderes, el hecho de que alguien con antecedentes de intentar un ataque a un presidente pudiera regresar a actividades en libertad muestra fallas en los procesos judiciales y de seguimiento a expolicías con antecedentes penales.