2 junio, 2025 12:31 AM
vapeadores

vapeadores

Aunque los vapeadores han sido promocionados como una alternativa para dejar el consumo de cigarrillos tradicionales, su uso es perjudicial para el corazón y los pulmones, afirmó el doctor Federico Rivas Vilchis, investigador del Departamento de Ciencias de la Salud de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Las investigaciones sugieren que vapear es perjudicial para ambos órganos, ya que al igual que los pitillos tradicionales su principal componente es la nicotina, alcaloide tóxico altamente adictivo que provoca ansias de fumar y síntomas de abstinencia que, además, eleva la presión arterial y aumenta la adrenalina, lo que incrementa la frecuencia cardíaca y la probabilidad de sufrir un infarto, aseguró.

Evidencia científica

De acuerdo con el doctor en Ciencias Biológicas y de la Salud, “los cigarrillos electrónicos calientan la nicotina (extraída del tabaco), los saborizantes y otras sustancias químicas para crear un aerosol que se inhala. Mientras los convencionales contienen 7,000 sustancias químicas, muchas de las cuales son tóxicas, no se sabe exactamente qué compuestos contienen los cigarrillos electrónicos”.

Diversos estudios sobre sus componentes revelan la presencia de miles de químicos, la mayoría de los cuales aún han sido identificados, si bien se han detectado “varios compuestos potencialmente dañinos, como la cafeína, tres sustancias nunca antes presentes en los cigarrillos electrónicos, un pesticida y dos saborizantes relacionados con posibles efectos tóxicos e irritación respiratoria”.

El especialista precisó que tanto los cigarrillos electrónicos como los convencionales contienen nicotina, que, según las investigaciones, puede ser tan adictiva como la heroína y la cocaína. “Lo que es peor es que muchos usuarios obtienen incluso más nicotina que con un producto de tabaco combustible ya que pueden comprar cartuchos extrafuertes, con una mayor concentración de nicotina, o aumentar el voltaje del dispositivo para obtener una dosis mayor”.

Día Mundial Sin Tabaco

Cada 31 de mayo el mundo conmemora el Día Mundial sin Tabaco, fecha impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para crear conciencia sobre los efectos nocivos del consumo de tabaco y promover políticas eficaces para reducir su uso.

En ese contexto ese organismo exhortó a los gobiernos a prohibir “con carácter de urgencia todos los aromatizantes en los productos de tabaco y nicotina, como cigarrillos, bolsas, pipas de agua y cigarrillos electrónicos”, a fin de proteger a los jóvenes de la adicción y las enfermedades.

“Aromas como el mentol, el chicle y el algodón de azúcar enmascaran el sabor áspero de los productos de tabaco y nicotina, y convierten productos tóxicos en algo atractivo para los jóvenes. Los aromas no solo hacen que sea más difícil abandonar el consumo, sino que también se han relacionado con enfermedades pulmonares graves”, señaló.

“Los aromas fomentan una nueva ola de adicción y deberían estar prohibidos. Echan por tierra los avances en el control del tabaco logrados a lo largo de decenios. Si no se toman medidas audaces, la epidemia mundial de tabaquismo, que cada año mata a alrededor de ocho millones de personas, seguirá avanzando impulsada por una adicción disfrazada de aromas atractivos”, declaró este viernes el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.

Por otro lado, este 30 de mayo se celebra el Día Mundial del Vapeo, que nació como una iniciativa de consumidores y asociaciones que buscan visibilizar el derecho a acceder a alternativas menos dañinas que el cigarrillo tradicional. Su origen se remonta a España y, con el tiempo, se ha expandido a nivel internacional, consolidándose como una fecha clave para promover la reducción de daños del tabaquismo.

Políticas sanitarias y el vapeo en México

Aunque se han promocionado como una ayuda para dejar de fumar, los cigarrillos electrónicos no han recibido la aprobación de agencias de salud como dispositivos para abandonar ese vicio. Un estudio reciente reveló que la mayoría de las personas que pretendían hacerlo terminaron usando cigarrillos tradicionales y electrónicos.

Cabe recordar que el pasado 17 de enero, se publicó en el Diario Oficial de la Federación un decreto impulsado por la presidenta Claudia Sheinbaum que modifica la Constitución para reforzar la protección a la salud mediante la prohibición del uso, producción y comercialización de cigarrillos electrónicos, vapeadores, fentanilo ilícito y otras sustancias peligrosas.

Además, en el marco del Plan México, la mandataria y el secretario de Salud, David Kershenobich, anunciaron el 29 de mayo la incorporación de sanciones al comercio ilegal de vapeadores dentro de la próxima Ley General de Salud, con el objetivo de fortalecer el control sobre la venta de esos dispositivos para proteger a menores de edad, así como mejorar mecanismos de supervisión para evitar su comercialización no regulada.

La presidenta de México comunicó que en el siguiente periodo extraordinario de sesiones del Congreso federal se presentará una iniciativa de Ley de Salud que incluirá disposiciones específicas sobre la regulación del vapeo y la implementación de sanciones para quienes introduzcan o comercialicen estos productos de manera ilegal en el país.

“La prohibición del comercio de vapeadores ya está contemplada en la Constitución, pero se debe establecer una regulación secundaria que precise sanciones aplicables y los mecanismos de supervisión. Lo que falta es definir qué penalizaciones se impondrán, cuáles serán los procedimientos y qué instituciones estarán encargadas de garantizar el cumplimiento de estas disposiciones”.

Por su parte, Rivas Vilchis, precisó que entre los jóvenes “los cigarrillos electrónicos, especialmente los desechables, son más populares que cualquier producto de tabaco tradicional”.

Hay razones por las cuales pueden resultar especialmente atractivos para la juventud. En primer lugar, muchos adolescentes creen que vapear es menos dañino que fumar. En segundo lugar, tienen un costo por uso menor que los tradicionales y, por último, tanto jóvenes como adultos encuentran atractiva la ausencia de humo y al no tener olor reducen en parte el estigma del tabaquismo, apuntó.

El investigador puntualizó que lo más preocupante de este auge es que personas que de otro modo nunca habrían fumado, especialmente los jóvenes, están adquiriendo el hábito.

¿Qué inhalamos al vapear?

El especialista de la UAM detalló que tanto fumar como vapear implican calentar una sustancia e inhalar el humo resultante. Con los pitillos tradicionales, se inhala el humo de la combustión del tabaco, mientras que en el vapeo, un dispositivo (normalmente un vaporizador o un mod –un vaporizador mejorado– que puede parecer una memoria USB) calienta un líquido (llamado líquido de vapeo o e-líquido) hasta que se convierte en vapor que se inhala.

Vapear es un sistema de administración similar a un nebulizador, con el que las personas con asma u otras afecciones pulmonares pueden estar familiarizadas, que convierte el medicamento líquido en una niebla que los pacientes inhalan, siendo una forma muy eficaz de administrar medicamentos a los pulmones, explicó.

Sin embargo, en lugar de impregnar el tejido pulmonar con una niebla terapéutica, como lo hace un nebulizador, “vapear recubre los pulmones con sustancias químicas potencialmente dañinas. Las preparaciones de e-líquido suelen incluir una mezcla de saborizantes, aditivos aromáticos y nicotina o THC (la sustancia química de la marihuana que causa efectos psicológicos), disuelta en una base líquida oleosa. Algunos de los elementos vaporizados del aceite penetran profundamente en los pulmones y provocan una respuesta inflamatoria”.

Además, la vitamina E “se utiliza a menudo como espesante y agente de administración en e-líquidos; y, si bien es segura cuando se ingiere como suplemento o se aplica en la piel, es probable que sea irritante al inhalarla; por lo que se ha encontrado en los pulmones de personas con daños graves relacionados con el vapeo”, aseguró Rivas Vilchis.

Añadió que otras sustancias comunes presentes en los e-líquidos o que se producen al calentarlos y también pueden suponer un riesgo para los pulmones incluyen: diacetilo, que es un aditivo alimentario utilizado para intensificar el sabor de los cigarrillos electrónicos identificado como perjudicial para las vías respiratorias.

También contienen formaldehído, sustancia química tóxica que puede causar enfermedades respiratorias y contribuir a males cardíacos y, por último, acroleína, que es usada con mayor frecuencia como herbicida que también puede dañar el sistema respiratorio.

Aunque el vapeo ha sido presentado como una alternativa para reducir los daños del tabaquismo, la evidencia científica señala riesgos significativos para la salud, especialmente en pulmones y el sistema cardiovascular; sin embargo, la regulación y educación sobre sus efectos serán fundamentales para proteger a la población y garantizar un futuro con menos enfermedades asociadas al consumo de nicotina y otros químicos presentes en estos productos.